Entre montañas deslumbrantes y parajes boscosos Capulalpam de Méndez es un pueblo mágico que parece pintado a mano, con sus
casitas de adobe que contrastan con el verdor de la sierra y sus campos llenos
de flores amarillas, rojas, blancas y azules.
Esta joya, enclavada entre la sierra oaxaqueña
resguarda parajes de gran belleza, una enorme variedad de flora y
fauna, y una maravillosa arquitectura virreinal, como el Templo de San Mateo,
de 1731, con sus 14 retablos de madera bañados en oro.
Aunque si hay algo que atrapa de este poblado es
el colorido de sus postales: los techos de teja roja de las casas de adobe, la
cantera amarilla de sus edificaciones virreinales, sus cielos inmensamente
azules… para conocerlo hay que caminar
sus calles empedradas y empinadas, y descubrir sin prisa la historia de sus construcciones más
notables.
Capulalpam sorprende con sus delicias
gastronómicas de herencia ancestral, platillos moldeados con el corazón y el
conocimiento de las abuelas, desde las enfrijoladas con tasajo, el exótico
manchamantel y otra colorida variedad de moles.
Aquí también encontrarás hermosos opciones para los viajeros que buscan experiencias más atrevidas en contacto
con la naturaleza, desde escalada, senderismo, montañismo hasta senderismo y
observación de aves.
Esta región oaxaqueña presume una rica tradición artesanal
con técnicas heredadas de generación en generación, como los bordados en manta,
huipiles, manteles y servilletas. También elaboran diversidad de objetos en madera
tallada, desde floreros, portalápices hasta objetos de uso cotidiano. Aquí son
muy famosas las piezas de orfebrería que se producen en pequeños talleres
artesanales.
Hay que visitar el Centro de Medicina Indígena
Tradicional para conocer el proceso de elaboración de remedios
naturales hechos a base de plantas y hierbas de la región, a la que se llega desde Oaxaca por la carretera federal 175 con destino a Tuxtepec, tomando la desviación hacia la derecha en Ixtlán.