El presidente Barack Obama cumplió su promesa de ejercer su poder para evitar que más familias sean separadas a causa de la deportación de uno de sus miembros. Sin contar con el Congreso, el 20 de noviembre anunció un plan que podría sacar de las sombras a aproximadamente 40 por ciento de quienes actualmente viven sin documentos legales en el país del norte.
Según Obama, estas medidas beneficiarían también la economía de Estados Unidos. El consejo de asesores económicos de la Casa Blanca estima que esta orden ejecutiva incrementará el producto interno bruto en 0.4 por ciento en 10 años; no afectará las probabilidades de conseguir empleo a los estadounidenses al aumentar sus salarios y reducirá el déficit por 25 000 millones en el 2024.
Estas cifras hacen presumir que los países de origen de esos inmigrantes también podrían beneficiarse económicamente.
En primera instancia reducirían el riesgo de recibir oleadas continuas de repatriados: como en este 2014 lo ha enfrentado México con 222 000 deportados de enero a octubre (según cifras de la Unidad de Política Migratoria de Gobernación); y Honduras, donde recibieron a más de 43 000 deportados, 30 por ciento de ellos infantes (según datos del Centro de Atención al Migrante Retornado).
Esos inmigrantes generalmente regresan sin nada, buscando trabajo, necesitando vivienda y servicios sociales, y la mayoría de los países ni siquiera tiene los mecanismos para ayudarlos.
Por otro lado, esos casi cinco millones de beneficiados representan mayores divisas para sus países. Aunque cabe considerar que un porcentaje importante ha echado raíces en Estados Unidos, aún tienen padres, abuelos, hermanos a quienes desean ayudar monetariamente y su nuevo estatus temporal, con permiso de trabajo, podría ayudarlos a encontrar empleos mejor remunerados. Todo esto se traduce en remesas, especialmente para los países de la región.
Latinos, 80 por ciento de los inmigrantes
Aunque la cara de la inmigración en Estados Unidos tiene un rostro hispano, como bien ha apuntado el presidente Obama, los beneficiados son también asiáticos, europeos, africanos, etcétera. Sin embargo, estos grupos apenas suman el 20 por ciento de los más de 11 millones de inmigrantes indocumentados.
Los mexicanos serán los más beneficiados, según estimaciones del Centro Pew, alrededor de 3 millones y medio podrían obtener este alivio migratorio y las remesas podrían multiplicarse.
Y es que cada dólar cuenta. Según el Banco de México, el pasado mes de octubre llegaron a ese país 2035 millones de dólares por concepto de remesas. En promedio, cada mexicano radicado en el extranjero envió 290 dólares, en vez de los 285 que envió el año pasado en ese mismo mes. Esos cinco dólares de diferencia representaron un aumento de 6.5 por ciento en las remesas recibidas en el mes de octubre a un año de diferencia y contribuyeron a alcanzar el mayor nivel de remesas en los últimos seis años, con 19 628 millonesde dólares de enero a octubre de este 2014.
También hay que considerar que el plan de Obama contempla mayores oportunidades para los emprendedores extranjeros para impulsar la economía estadounidense, y eso eventualmente puede traducirse en oportunidades para crear inversión en sus países de origen.
La orden ejecutiva también otorgaría permiso de trabajo a los cónyuges de algunos trabajadores especializados, portadores de visa H1B, que estén en trámites de residencia. Así una vez más tenemos argumentos para creer que la mejoría económica de estos inmigrantes podría salpicar a sus naciones, con remesas, turismo e incluso prestigio.
Los trámites para acogerse a este alivio migratorio comenzarán en diferentes períodos, el primero en febrero y un segundo en mayo. Todavía falta conocer más detalles y asegurarse de que los republicanos no triunfen en su lucha contra la orden ejecutiva, que desde el primer día calificaron como anticonstitucional.
Mientras tanto, la administración de Obama insiste en que su plan ni es amnistía, ni significa otorgar carta abierta a la inmigración indocumentada. Este 2015 también llegará con enérgicas medidas para quien intente cruzar la frontera ilegalmente. El presidente estadounidense ha advertido que los infractores serán capturados y enviados de regreso a su país.