LA
PERCEPCIÓN para las autoridades
y empresas mexicanas hacia la importancia del deporte como actividad masiva se
ha dado más desde los alarmantes indicadores de obesidad, hipertensión,
diabetes, y otros, que desde la perspectiva de desarrollo que representa el
deporte para todas las edades, especialmente para la infancia y la juventud.
A pocos años de cumplir medio siglo de haber
celebrado los Juegos Olímpicos de 1968, México se encuentra en un momento
importante. Habiendo celebrado en el ínterin, dos mundiales de fútbol, aún
recuerda cómo fueron un moderado éxito los Juegos Panamericanos de Guadalajara
en 2011; los cuales dejaron una infraestructura que servirá para un Mundial de
Natación de la FINA en 2017. Sin embargo, para este último se tienen serias
dudas organizacionales bien documentadas al día de hoy.
Representa un reto y a la vez una oportunidad
que se celebren los Juegos Centroamericanos y del Caribe por primera ocasión
fuera de la ciudad de México (1926, 1954, 1990), ya que a su alrededor existe
una oferta enorme de la industria que gira alrededor del deporte.
Los problemas en la organización para Veracruz
como estado sede del evento, en su edición XXII, se han manifestado con el
tiempo de entrega de algunas instalaciones, algo recurrente para varios países
anfitriones de cara a la celebración de los juegos.
El tema más
mencionado ha sido el relativo a la falta de una villa centroamericana para
alojar a los atletas, lo cual se da por sentado para garantizar la
tranquilidad, la seguridad y el descanso de los protagonistas de las
competencias.
La falta de villa centroamericana ha sido el
mayor objeto de crítica para el Comité Organizador en el estado gobernado por
Javier Duarte. Si funciona el esquema de hospedar a los atletas en hoteles,
podría ser capoteado ese temporal.
Otro tema que levantó sospechas fue la licencia
provisional solicitada por Jesús Mena a la titularidad del máximo organismo
deportivo en México, la CONADE. Mena, exclavadista olímpico, regresó a los
pocos días y la organización de estos Juegos Centroamericanos, si bien no es
directamente su responsabilidad, reviste una gran importancia en su gestión.
A pesar de que se han suspendido algunas
competencias en natación y gimnasia, entre otras, estos juegos contarán con la
presencia de 31 países, participando en 36 deportes (con el regreso del golf y
el frontón) para un total de 46 especialidades; de las cuales 12 tendrán su
eliminatoria para los Panamericanos de Toronto 2015.
Con la antelación del caso, el director del
Comité Organizador de estos juegos, Carlos Sosa Ahumada, aseguró que las
instalaciones se encontraban listas, pero “programando las inauguraciones”,
fraseología que en ocasiones puede arrojar dudas.
Para México es confirmar que la organización de
un evento deportivo internacional puede ser ejemplo de buenos procedimientos,
de transparencia para los ciudadanos. Una fiesta del deporte, la cual todos
esperamos se perciba así, del 14 al 30 de noviembre, en el estado donde surgió
la América Continental.
Suerte a todos los participantes, que gane el
mejor y que México se sienta orgulloso de su deporte y de sus organizadores…
¿Es mucho pedir?