Un proyecto en la frontera entre Estados Unidos y México plantea una dinámica diferente entre ambas naciones a la impuesta en el discurso anti-inmigración del presidente Donald Trump. Se trata de un sistema binacional integrado de bicicletas públicas, el primero de su tipo en todo el continente americano, que se prevé esté listo para este año.
La iniciativa fue presentada en la Conferencia de Investigación sobre Transporte en Washington DC el pasado domingo 7 de enero, y tiene un costo estimado de alrededor de un millón de dólares, según informó CityLab Latino.
El reporte indica que gran parte de los recursos destinados a este proyecto serán para comprar la infraestructura para Ciudad Juárez además de la construcción de ciclovías en la ciudad mexicana. El Paso cuenta con su propio sistema inaugurado en septiembre de 2015 llamado SunCycle.
El sistema binacional estaría compuesto en su etapa final de 30 estaciones y 300 bicicletas que podrán ser utilizadas en ambos países. El objetivo es poder establecer un desplazamiento más eficiente entre estas dos ciudades.
Michael Medina, director ejecutivo de la Organización Metropolitana de Planeación de la ciudad de El Paso y cabeza del proyecto, dijo a CityLab Latino que sólo faltan 84,000 dólares para llegar al millón que se requiere para financiar el proyecto.
“Mucha gente que viene desde Juárez lo hace así: los dejan en la frontera, caminan por el puente, y luego toman el bus en El Paso o alguien los pasa a buscar en automóvil. Así que pensamos, ¿y si pudieran llegar directamente a su destino usando una bicicleta?”, dijo Medina.
Los promotores de esta idea saben que algo determinante para que el sistema binacional de bicicletas se materialice es la cooperación con los organismos de inmigración. Medina dijo a CityLab que el siguiente paso trabajar de cerca con las autoridades migratorias para determinar los costos que esto podría tener y para acordar la manera en que cooperarán las autoridades de El Paso y las federales.
Otra situación que aún buscan resolver es el tiempo que podrían usarse las bicicletas, ya que normalmente se permite un uso gratuito de 30 minutos, lo que podría ser un obstáculo para alguien que quiere hacer los trámites fronterizos y llegar a su punto de destino.
“Queremos asegurarnos que quien use las bicis para trasladarse de un país a otro no sea penalizado”, dijo Medina, quien explicó a CityLab que una opción es que existan las ‘Border Jumper’, unas bicicletas especiales ubicadas en ambos de la frontera que serían las únicas facultadas para cruzar de un país a otro, y que podrían usarse por un mayor período de tiempo.