Tres inmigrantes salvadoreños indocumentados señalados como miembros de la pandilla M-13 fueron capturados y acusados formalmente por el asesinato de cuatro personas en el estado norteamericano de la Florida, informó la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi.
La Fiscal y otros funcionarios ofrecieron una conferencia de prensa en Fort Lauderdale, al norte de Miami (EUA), para detallar los arrestos que están vinculados a cuatro homicidios ocurridos hace más de una década.

Los capturados fueron identificados como pandilleros que ingresaron de manera ilegal a territorio estadounidense.
Sus arrestos forman parte de las investigaciones de casos sin resolver sobre un total de cuatro asesinatos ocurridos entre 2014 y 2015 en el condado de Broward y sus alrededores, en el sur de Florida, según informaron las autoridades.
Según las autoridades, los sospechosos arrestados son: José Ezequiel Gamez-Maravilla, quien fue detenido en Lake County mientras trabajaba en The Villages; Bermudez-Martinez, arrestado en Minnesota; y Navarro-Escobar, capturado en North Lauderdale. Bondi destacó que estos individuos enfrentan cargos por asesinatos violentos que datan de hace una década, y afirmó que las investigaciones continúan, anticipando más arrestos.
Bondi aseguró que los salvadoreños están acusados de asesinatos con gran “brutalidad”, uno de ellos hasta con un centenar de puñaladas a una víctima, como forma de iniciación en las pandillas y lograr un grado más alto.
“Esta ha sido una investigación de largo plazo que comenzó en 2015. La víctima en este caso fue brutalmente asesinada, apuñalada aproximadamente cien veces por múltiples miembros de la pandilla antes de recibir un disparo en la cabeza”, explicó.
También, se anunciaron cargos federales por homicidio contra varios miembros de la pandilla MS-13.
La pandilla “Mara Salvatrucha” (MS-13), integrada en su mayoría por salvadoreños, fue oficialmente designada este año junto a otros cárteles de México y Venezuela como “organizaciones terroristas globales” por el gobierno de Donald Trump, que los considera una amenaza para la seguridad de Estados Unidos y promete eliminarlos.