Martin, famoso por incorporar el banjo en su número de standup en la década de 1970, está bastante seguro de que la comunidad de la música bluegrass no lo considera un actor diletante. “Bueno, no sé lo que dicen a mis espaldas”, dice, riendo.
—El banjo no ha sido un instrumento popular por algún tiempo. ¿Qué fue lo que te atrajo hacia él, y quisieras que más personas compartieran tu afecto por el instrumento?
—Me enamoré del banjo desde la primera vez que lo oí. Me pareció un instrumento bastante emocional. Su popularidad es la adecuada. Se trata de un instrumento especializado, [y] no cualquier persona se sentirá atraída hacia él ni necesita conocerlo.
—Aun cuando las películas ya no son una prioridad para ti, ¿hay directores con los que te gustaría trabajar, si se diera la oportunidad?
—Claro que sí. Los hermanos Coen. Hay tantos. Trabajé con Ang Lee. Por desgracia, la película [Billy Lynn’s Long Haftime Walk, titulada en español Billy Lynn: honor y sentimiento] fue un fracaso. Pero a mí me gustó. Ya no vienen a mi mente los nombres de directores; ahora estoy en un mundo muy distinto… Considero a Jerry Seinfeld como un comediante nuevo. Así de atrasado estoy.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek