Al menos cuatro estudiantes de la Escuela Normal Rural Vasco de Quiroga, de Tiripetío, Michoacán, fueron atendidos en urgencias de una clínica al oriente de la capital de Aguascalientes, luego de participar en un enfrentamiento y persecución con policías municipales.
Uno de los jóvenes tiene fracturas en una mano y un pie; otro, lesiones cerca de un ojo y todos presentan lesiones en el cuerpo y descalabradas, según informó Javier, uno de los hospitalizados.
Un quinto estudiante, Arturo Villafán, había sido reportado como no localizado, pero más tarde era trasladado al mismo hospital.
“Salimos de la normal de Cañada, salimos dos autobuses. Llegamos a una llantera a la orilla de la carretera a echar aire porque le faltaba a las llantas del autobús. Salimos y un crucero, no sé cuál, los policías comenzaron a tirarnos piedras y quebrar los vidrios. Y nos comenzaron a seguir. Nosotros fue cuando seguimos adelante, sí fuimos algo recio en el camión porque ya nos venían siguiendo; un Chevy blanco se nos atravesó en la carretera a bloquearnos y no se quitaba. Estaba frenado, cerraba a no dejarnos pasar; podíamos quitarlo con el camión, pero se adelantaba y nos volvía a tapar. Era un carro particular, me parece.
“Ya cuando pudimos llegaron más policías. Les dijimos que ya nos íbamos a retirar, que nos íbamos del estado. No les importó y fue cuando empezaron a quebrar más los vidrios del camión, a tirarnos piedras. Yo recuerdo escuchar disparos, no sé si haya sido, y nos arrojaron muchas piedras”, relató el joven, entrevistado en la clínica.
Relató que al bajar del autobús, los estudiantes buscaron refugiarse en casas de la Colonia Constitución, donde varios vecinos los sacaron a golpes de las casas. Ahí fue donde los policías los detuvieron y golpes, denunció el joven.
“Corrimos para donde pudimos. Nos agarraron. Nosotros pudimos brincar a un terreno, pero de ahí nos sacaron. Nos hicieron brincar de una azotea; les decíamos que el compañero tenía un pie fracturado, pero no les importó. Nos tiraron al suelo, nos empezaron a patear y a pegar con la macana. Nos subieron a la patrulla y nos esposaron.
Nos llevaron a un lugar, era terracería. Ahí nos tuvieron un tiempo, estuvimos alrededor de unos 20 minutos y estaban golpeando a unos compañeros, no enfrente de nosotros, pero los estaban golpeando a dos compañeros y los dejaron libres. Nos dejaron en un lugar retirado y ahí nos soltaron. Éramos creo que 10”, contó.