Sirenas antiaéreas y bombardeos inaudibles, malentendidos en los puestos de control. Un reloj conectado podría ayudar a las personas sordas o con discapacidad auditiva de Ucrania, que deben hacer frente a retos colosales en un país en guerra.
“El problema principal para los sordos es el acceso a la información. Al inicio de la guerra no había nada para esas personas”, explica a la AFP Tetiana Kornienko, presidenta de la Sociedad ucraniana de sordos (UTOG) en Kiev.
“No había aplicaciones para las sirenas de alerta antiaéreas, ni traducciones (en lenguaje de señas) cuando hablaba el presidente”, agrega.
En los primeros días de la invasión rusa, como muchos ucranianos, las personas sordas tuvieron que abandonar sus hogares. Habitantes de las regiones de Jersón (sur), Donetsk y Lugansk (este), cerca de la línea del frente, “hablaron de controles en las carreteras, era aterrador para ellos porque no podían escuchar (las órdenes o consignas), no entendían a dónde podían ir”, cuenta Kornienko.
Lo mismo sucedió durante las evacuaciones por tren. “Daban toda la información sobre los números de trenes y andenes por megáfonos”, dice. Olena Mentchenko, de 80 años, dependía de la ayuda de terceros para ir a refugiarse cuando sonaban las sirenas que alertan de posibles ataques aéreos.
“Estuve en un refugio durante tres días, no tenía nada que comer, tenía mucha hambre”, cuenta la anciana a la AFP en la sede de la asociación.
Según UTOG, unas 4,000 personas con discapacidad auditiva vivían en Kiev y su región antes de la guerra. “En la actualidad, hay entre 700 y 1,000”, dijo Kornienko.
EN MEDIO DE LA GUERRA, UN RELOJ INTELIGENTE AYUDA A UCRANIA
La asociación comenzó a traducir en lengua de señas las declaraciones diarias en las redes sociales del presidente Volodimir Zelenski, de miembros del gobierno y del ejército. También creó grupos en Telegram para informar sobre las alertas antiaéreas.
Sin embargo, para remplazar a las sirenas o a las aplicaciones en teléfonos móviles —que alertan con una señal sonora— la asociación promueve un reloj conectado que vibra a cada alerta.
En enero, en Dnipro (sur), una mujer sorda de 27 años, que sobrevivió a un atentado con bomba contra un edificio de apartamentos en el que murieron 45 personas, fue encontrada gracias a su reloj conectado.
“La sacaron de entre los escombros después de que utilizara su reloj inteligente con el que pudo escribir a su madre para decirle que estaba viva”, según Kornienko.
Desde entonces, la asociación, que carece de medios para distribuirlos a los miles de personas que necesitarían, ha estado presionando al gobierno para que facilite el acceso a estos relojes. Andriï Ieger, de 61 años, voluntario de la asociación, lleva en la muñeca uno de estos relojes que le regalaron por su cumpleaños. Es “por si acaso, después de lo que pasó en Dnipro”, dice.
Cuenta que se ha acostumbrado a los bombardeos y afirma que aunque no los escucha, los siente. Un día iba manejando su auto y un cohete cayó cerca. “Sentí una vibración en todo mi cuerto”, cuenta. “Vi a gente (alrededor) y humo. Tomé mi teléfono, comencé a leer las noticias y vi que había habido una explosión cerca”. N