Ucrania afirma que, en estos momentos, las fuerzas de Rusia están perdiendo más efectivos que en cualquier otro momento de la invasión. Y a decir de un experto que habló con Newsweek, la razón es que los rusos están enviando soldados mal entrenados para capturar la región del Donetsk “a cualquier precio”.
El sábado 11 de febrero, las fuerzas armadas ucranianas anunciaron que, el día anterior (viernes 10), habían caído 1,140 invasores: la cifra más alta que se haya registrado desde el 24 de febrero de 2022, fecha en que se inició la guerra injustificada del mandatario ruso.
El récord de bajas previo se registró apenas cuatro días antes (el martes 7 de febrero), cuando Ucrania notificó que habían muerto 1,030 soldados rusos.
Si bien el lunes 13 de febrero el saldo de rusos abatidos fue de solo 560 combatientes, el cálculo ucraniano de las bajas que han sufrido hasta ahora las fuerzas ocupantes asciende a 138,340 hombres.
Por su parte, ese mismo fin de semana, oficiales de defensa británicos informaron que, en lo que va del mes de febrero de 2023, Rusia ha perdido un promedio de 824 soldados al día: la mortalidad más alta jamás registrada desde que comenzó la invasión de Vladimir Putin.
El Ministerio de Defensa del Reino Unido atribuyó el incremento en las bajas rusas a factores como “falta de personal capacitado, mala coordinación y escasez de recursos en todo el frente”. Esos problemas “se hicieron evidentes en Vugledar y Bajmut”, dos ciudades del óblast [región] de Donetsk donde el combate se ha intensificado.
RUSIA GUARDA SILENCIO SOBRE SUS BAJAS
Es difícil evaluar con toda precisión las pérdidas rusas. Y, ciertamente, la cuenta de Ucrania es muy superior a la de muchos cálculos occidentales. Pese a ello, el ministro de Defensa británico afirmó que las cifras de Kiev “podrían ser bastante precisas”.
Por lo pronto, el ministerio de defensa ruso (departamento con el que Newsweek se puso en contacto para obtener comentarios) no ha actualizado su cifra de bajas desde fines de septiembre del año pasado, cuando contabilizó poco menos de 6,000 efectivos.
Dionis Cenusa, analista de riesgos en el Centro de Estudios de Europa Oriental, dijo a Newsweek que la alta mortalidad podría explicarse de dos formas. “Por un lado, Rusia no valora las vidas de los nuevos reclutas, a quienes sigue utilizando como ‘carne de cañón’”.
Y por otro, cuando Putin dio la orden de reclutar a jóvenes poco entrenados, el Kremlin no se detuvo a “analizar el ‘ambiente militar’ en el frente, pues el único objetivo [del mandatario] era reanudar la ofensiva en Dombás y avanzar a cualquier precio”, agregó el analista.
“Es posible que la cantidad de bajas rusas vuelva a elevarse en las próximas semanas, cuando las fuerzas de Ucrania reciban nuevos equipos militares”, especuló Cenusa.
Por su parte, Thomas O’Donnell, analista geopolítico y miembro del grupo de expertos Wilson Center, habló con Newsweek desde Berlín y dijo que le parecía significativo que el incremento de la mortalidad militar haya coincidido con un cambio en la estrategia bélica de Rusia, la cual se puso de manifiesto con la movilización de reclutas.
LOS SOLDADOS RUSOS NO IMPORTAN A PUTIN
“Da la impresión de que Putin está preparándose para una guerra muy prolongada, pues parece dispuesto a sufrir cualquier cantidad de bajas con la única finalidad de compensar el armamento avanzado que proporciona Occidente, así como la superioridad táctica y de mando que Ucrania ha demostrado”, explicó O’Donnell.
A falta de una acción decisiva por parte de los ucranianos, el líder ruso busca alargar la guerra para ejercer presión y lograr que Occidente desista de apoyar a Kiev, pues un conflicto prolongado afectaría las economías y los suministros de energía de los países occidentales que colaboran con Ucrania. Según O’Donnell, la postura de Putin es “demostrar que puede resistir cualquier cantidad de bajas”.
En noviembre, tras retirarse de la ciudad meridional de Jersón, las fuerzas rusas han tenido muy pocos logros. Después de capturar la ciudad de Soledar, localizada al norte de Bajmut, el ejército de Putin avanzó hacia Kramatorsk y Slóviansk, dos urbes más extensas.
“Es posible que [Putin] tenga en mente algo grande. Tal vez un movimiento de pinzas a gran escala para tomar toda la región oriental [de Ucrania]. Si logra poner en jaque a los defensores ucranianos —en términos de municiones y demás—, podría causar muchísimos problemas. Sin embargo, a la larga, su estrategia será, simplemente, la del desgaste”, concluyó O’Donnell. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).