Ante los recientes escándalos de corrupción en la Federación Internacional de Fútbol que sacudió los cimientos de la FIFA este miércoles con la detención en Zúrich, a petición de las autoridades estadounidenses, de siete responsables sospechosos de corrupción, entre ellos cinco latinoamericanos, a dos días de la elección para la presidencia, donde Joseph Blatter buscará su quinto mandato, reproducimos el artículo “Catar 2022: travesía en el desierto”, escrito por José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo para Newsweek en Español en octubre de 2013.
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El carácter de Jean Marie Justin de Godefroid H;
era tan áspero, que el pálido y rechoncho semblante de Blatter temblaba. En
nombre del fútbol adquirió un poder ilimitado. Eran tiempos de la Guerra Fría,
constantes cambios sociales y el comunismo fermentándose en las cordilleras
sureñas. Sólo un organismo internacional sin ataduras ideológicas visibles,
garantizaría adhesión popular y al mismo tiempo, funcionaría como pulcro
mecanismo de influencia política. El futbol dejó de ser un pasatiempo, se
volvió un régimen invisible. Oportuno en momentos críticos, regularmente en
África y América Latina. No así en Europa, donde todavía parece independiente a
cualquier compromiso de Estado.
Jean Marie Justin de Godefroid H; con casi dos
metros de estatura y un estado físico impecable era practicante del cristianismo
muscular, corriente comercialmente conocida como Fair Play, basaba su doctrina
en la estricta vigilancia de las normas de conducta morales y deportivas, que
tan bien acicalan a los gobiernos de “facto”. Pronto, los caudillos más rancios
del tercer mundo encontraron en Jean Marie a un adecuado militante poseedor de
una herramienta propagandística ideal: el futbol. Distinguido por la dictadura
de Videla en Argentina y Abacha en Nigeria, fue vinculado con la venta de
armamento y con el servicio secreto de su país. Su silenciosa labor con los
regímenes de la época le valieron todo tipo de condecoraciones masónicas, la
Orden de Vasa o la Cruz de Isabel La Católica colgaban de su enorme cuello o se
detenían en su imponente pecho.
Cumplida la primera década del siglo XXI, parecía
irónico que Sudáfrica (2010), fuera tan querida y respetada por la FIFA al
grado de concederle la organización de un mundial, porque la leyenda negra
cuenta que Jean Marie tenía negocios con el racista de Pieter Botha, primer
ministro sudafricano en tiempos del Apartheid. La idea de FIFA como organismo
fascista no debe sonrojar a nadie, en 1998 Joseph Blatter, su leal brazo
derecho, recibe el legado de Jean Marie Justin de Godofreid H; cuyo verdadero
nombre es Joao Havelange.
Havelange, padre de Blatter y fundador del sistema
que gobierna el futbol hace 38 años, hoy respira con pulmón artificial.
Havelange muere. Su salud se deteriora junto a su dinastía: Ricardo Teixeira,
su yerno y presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol durante 23 años,
renunció a la organización de Brasil 2014 y tiempo después fue acusado de
corrupción junto a Havelange. Pronto caerá Grondona, 33 años en la Asociación
Argentina de Fútbol (AFA), como sucedió con Nicolás Leoz, 26 años al frente de
la Confederación Sudamericana, acusado de corrupción siendo miembro del comité
ejecutivo de FIFA.
La naturaleza de los dirigentes deportivos
setenteros eternizados en el poder, hereda su influencia de los caudillos
fascistas: Pinochet, Stroessner, Videla, Echeverría… Dictadores necesitados de
popularidad que Havelange sedujo para vender el futbol como herramienta de
penetración en países del tercer mundo. UEFA siempre mostró resistencia a este
modelo de crecimiento basado en la influencia; desde la diplomacia de Jacques
Georges, la feroz oposición de Lennart Johansson y hasta el corpulento carisma
de Michel Platini, el bloque europeo ha intentado recuperar el poder de FIFA
que Blatter sostiene gracias al favor de las famosas “islas”. Al momento de las
votaciones para elegir al presidente vale lo mismo el voto de Alemania que el
de Martinica, Madagascar o la isla de Bahréin por ejemplo, situada frente a Catar
y conectada por un puente con Arabia Saudita, la coordenada estratégica de los
Estados Unidos donde Barak Obama ancla su Quinta Flota a la espera de un ataque
de Irán, aliado chiita. Un comunicado de los Derechos Humanos fechado en
Ginebra, vecinos de FIFA, recomendó la expulsión de Bahréin de la eliminatoria
mundialista hace un año. Durante la noche sangrienta del 17 de febrero del 2011
fueron asesinadas 30 personas, heridas 600 y miles detenidas. Entre ellas Alaa
Hubail, futbolista de 29 años y 63 convocatorias a la selección de su país, el
mejor jugador en la historia de Bahréin. Hermano de Mohamed Hubail, mediocampista
condenado a prisión y puesto en libertad por intervención de FIFA. Las
estrellas chiitas del futbol protestaban esa noche en la Plaza de la Perla de
Manama, capital del Reino suní, contra el monopolio de la dinastía Al-Khalifah
donde Rey y primer ministro eran sobrino y tío, según Wikileaks “atractivos y
seductores”. Chiíes y Sunitas mantienen enfrentamientos desde la muerte de
Mahoma, pero Blatter que vive del voto de islas y monopolios se lavó las manos
amonestando tibiamente a la dictadura suní. Un año después de aquellos
incidentes, mientras Alaa Hubail continuaba como mártir activo de la
revolución, la selección se su pueblo, Bahréin, derrotaba 10-0 a Indonesia sin
su goleador histórico. El Grupo “E” de la eliminatoria asiática 2014
involucraba a Irán y Catar. El partido fue arreglado. Bahréin por combinación
de resultados necesitaba 9 goles para avanzar a la siguiente fase, pero nunca
había derrotado por más de 2 a Indonesia, finalmente Bahréin quedó eliminado
por un punto a pesar de la ayuda de Blatter.
El fútbol, como hemos comprobado, ofrece revancha
dentro o fuera del campo y mientras Blatter continúa gozando del favor de las
islas y Havelange agoniza en Río, Platini rompía una lanza en la última reunión
de UEFA en Estambul sacudiendo a FIFA y obligándola a pagar seguros para
futbolistas lesionados en selecciones nacionales. También aprobó, junto con la
Unión Europea, una ley que impide a los Estados participar en clubes; y lo más
importante, Platini confirmó en aquel discurso que iría por la cabeza de
Blatter declarando: “La violencia, amaños, apuestas ilegales, dopaje, presiones
y amenazas contra jugadores, contratos que no se cumplen, tráfico de jugadores
jóvenes, blanqueo de dinero: todas estas lacras existen en la sociedad y en el
futbol. Por lo que nos corresponde luchar contra ellos con ayuda de las
autoridades públicas, a las que vuelvo a llamar hoy”.
Las disputas públicas entre Blatter, presidente de
FIFA, y Platini, presidente de UEFA solo habían comenzado. Platini reprimió el
uso de la tecnología en campos europeos recién aprobada por FIFA, su
instalación tan sólo en estadios de primeras divisiones europeas podría superar
los 80 millones de euros. Una cifra que muchos clubes no estarían dispuestos a
cubrir. Platini, un hombre muy tradicional, se opuso a cualquier cambio
drástico en los reglamentos del futbol mundial. Prefiere la incursión del ojo
humano en la línea de gol (juez de meta), que el ojo de halcón promovido por
Blatter para la Copa Confederaciones y el Mundial de Brasil. FIFA, según
Platini, discrimina con esta propuesta. Por su parte, FIFA ha cuestionado la
viabilidad de la Eurocopa de Naciones en Francia 2016 con 24 equipos en lugar
de 16 y la del 2020, donde los 24 países jugarían la fase final del torneo a
visita recíproca. Todas estas polémicas cruzadas entre FIFA y UEFA, Blatter y
Platini, han desencadenado la teoría de un escándalo aún mayor. La elección de Catar
como sede del mundial de 2022 está siendo cuestionada por la propia FIFA:
“Cometimos un error al elegir a Catar por delante de las otras candidatas
como Estados Unidos, Japón, Corea del Sur o Australia”, declaró Joseph
Blatter hace unos días, y fue más allá: “Hubo influencias políticas
directas. Hubo jefes de gobierno europeos que le recomendaron a sus compatriotas
que podían votar que votasen por Catar, porque están ligados a ese país por
fuertes intereses económicos”; en clara referencia al voto a favor de la
candidatura de Catar por una supuesta recomendación del entonces presidente
francés Nicolás Sarkozy a Michel Platini. Un enorme futbolista que jugó por
última vez en su viejo Nancy. Alineaban Zico, Maradona, Matthäus, Hugo,
Francescoli, Futre, Dassaev, Tardelli… Un equipo de extraterrestres enfrentaba
a la selección de Giresse, Tigana y Amorós. Resto del Mundo y Francia despedían
al patriarca de una raza que terminó pariendo a jugadores como Iniesta; porque
Francescoli desciende de Platini, Laudrup de Francescoli, Zidane de Laudrup y
Andrés Iniesta desciende de Zidane. Éste es el linaje de “Le Roi”. El soberano
juega el 23 de mayo de 1988 un partido regio. El mejor homenaje que vi. Una
fiesta sin pretensiones, sólo asisten el futbol y sus futbolistas. Aquella
noche un detalle resume perfectamente la nostalgia: al minuto 85 se retira
Platini, el sonido local anuncia el cambio, por la selección francesa abandona
para siempre el terreno de juego Michel Platini, lo sustituye su hijo Laurent
Platini. El niño corre con el balón y llega hasta el área de un tierno Dassaev.
Años después la hermosa imagen se convierte en pesadilla. Al día siguiente
Platini empezó carrera como ejecutivo de Francia, FIFA y UEFA, hasta
convertirse en el hombre más influyente del futbol. Platini engorda, su
inconfundible silueta es engullida por un inmenso cuerpo directivo, D´Artagnan
desaparece. He sido devoto de ambos, como mosquetero y dirigente Platini es lo
más completo que hay. Admiro su genial política de fair play financiero,
vulnerada cínicamente por Catar Sports Investment. El fondo de inversión árabe
que presuntamente compró el Mundial de Catar estaba representado en Europa por
el flamante abogado Laurent Platini, aquel pequeño. Sobre el napoleónico
presidente de UEFA parecía rondar un conflicto de intereses.
La empresa Catar Sports Investments, de reciente
fundación, se dedica a administrar un complejo portafolio de negocios
turísticos y deportivos en la península que incluyen lujosos resorts en Doha,
hasta la propiedad del 100% del Club Paris St. Germain, actual campeón de la
Liga Francesa en el que se han invertido cerca de 300 millones de euros. La
obsesión de Catar por el fútbol también se deja ver en su patrocinio millonario
con el Barça, desde que Catar Airways se imprime en las camisetas de Messi y
Neymar la aerolínea ha elevado en 500% su popularidad en redes sociales. Pero
detrás del inocente “like” que sus dos millones de fans hacen en Facebook,
existe una historia poco conocida. Las aeromozas de Catar Airways están
obligadas a obtener autorización previa de la empresa en caso de que desee
cambiar su estado civil y casarse, otra clausula en su contrato con la
aerolínea establece que la trabajadora debe notificar al empleador en caso de
embarazo, a partir de la fecha en que tenga conocimiento de su ocurrencia. El
empleador tendrá derecho de rescindir el contrato de trabajo en cuanto le sea
notificada la gestación, en caso de que las empleadas no informen al empleador
como está previsto u oculten su embarazo, se considerará incumplimiento de
contrato. Pero un nuevo escándalo, aún más aterrador, se ha agregado a la
organización de Catar 2022, el diario inglés The Guardian ha publicado un
reportaje titulado “Los esclavos de la Copa del Mundo Catar” en el que se
denuncia la muerte de 44 trabajadores que participan en las actividades de
construcción del Mundial. Los obreros, en su mayoría inmigrantes de Nepal,
viven situaciones de abuso y explotación con jornadas de 12 horas, a veces sin
descanso ni alimento bajo temperaturas cercanas a los 50 grados. Según la
investigación, bajo estas condiciones podrían morir alrededor de 4000 obreros
antes de que la FIFA de la patada inicial al Mundial de Catar. Y aunque el
gobierno Catarí niegue que las obras del Mundial hayan empezado, lo cierto es
que la presión que ha envuelto esta candidatura la obligará a cumplir con
instalaciones que incluso sean capaces de evitar el terrible calor del desierto
donde se jugará el mundial.
El calor se ha vuelto un pretexto vulgar para
condenar la candidatura de Catar 2002, la verdad es que el calor en los
mundiales siempre ha sido polémico, entre horarios de 12 del día como en México
86 o temperaturas de extrema humedad como aquella de Nápoles en el 90 se ha
jugado sin importarle a FIFA. Inglaterra y Camerún acabaron en el suelo tras un
partido de cuartos de final que duró 120 minutos. Al llegar a la zona mixta del
estadio San Paolo, Gary Lineker, autor de dos goles, declaró que había perdido
6 kilos de peso durante el juego. Deshidratado y con la mirada perdida desmayó
a la entrada del vestuario. El Doctor Edgardo Codesal que pitó impecablemente
aquella noche, fue de los hombres que más corrió en el juego. Su rostro lo
decía todo. Cuando pitó el final del partido con la pasión pulmonar que le
caracterizaba al silbar, los 22 jugadores y el árbitro central parecían dar
gracias de que aquel partido hubiese terminado; eso sí, fue el mejor juego de
aquel mundial, ganó Inglaterra 3 a 2, Codesal cobró tres penales, uno a favor
de Camerún, dos a favor de Inglaterra y su actuación como central en aquel
Mundial fue de las mejores de la historia. Faltan nueve años para que el fútbol
llegue a Catar, en el camino debe aclarar su futuro, reorganizarse y responder
a las acusaciones cada vez mayores y más graves. Al elegir Catar, FIFA no se
dio cuenta que empezaba una larga y peligrosa travesía en el desierto.
José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo es periodista,
escritor y director de operaciones de Publicidad y Clubes de Fútbol en CANAL+
España.