México es uno de los países con mayores cargas horarias laborales del mundo, promediando más de 2,200 horas trabajadas al año por persona, según cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Sin embargo, esta gran inversión de tiempo no se ha traducido en un aumento de la productividad. De hecho, según el último Reporte Económico Diario de Banamex, el tiempo laboral en el sector manufacturero cayó 1% mensual en mayo y 2.5% en comparación anual, mientras que el personal ocupado disminuyó 0.3% durante el mismo periodo.
Este panorama se vuelve aún más complejo ante la discusión de una posible reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, una reforma que, de aplicarse sin acompañamiento tecnológico, podría impactar entre 0.3 y 1 punto porcentual del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con proyecciones de Banamex.
Aunque la reforma laboral se alinea con los estándares internacionales promovidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y busca mejorar el equilibrio entre vida y trabajo, sus implicaciones económicas han generado debate. El 75% del PIB nacional se genera en el sector formal, pero el 56% de los trabajadores mexicanos laboran más de 48 horas semanales, lo que indica una dependencia estructural del exceso de jornada en sectores clave como la manufactura, el comercio y los servicios.
TECNOLOGÍA E IA: LA CLAVE PARA COMPENSAR EL RECORTE HORARIO
Ante este reto, la inteligencia artificial (IA) y la automatización se perfilan como soluciones estratégicas. Su implementación puede permitir a las empresas mantener o incluso mejorar su productividad reduciendo la carga horaria. No obstante, en México, esta transición aún es limitada. De acuerdo con el estudio “DevSecOps: la evolución de la seguridad en el desarrollo de software” elaborado por Codifin, uno de los mayores retos para las empresas mexicanas es integrar nuevas tecnologías sin comprometer seguridad ni eficiencia operativa.
Además, existe una barrera importante en la escasez de talento tecnológico. Según el AI Jobs Barometer, los profesionales con habilidades en IA pueden ganar hasta 56% más en primas salariales a nivel global. Sin embargo, en un país donde más del 95% de las empresas son MiPyMEs, la falta de perfiles tecnológicos impide una rápida adopción de estas herramientas.
Frente a este escenario, invertir en capacitación tecnológica y formación de talento interno es una necesidad urgente. Automatizar tareas repetitivas, redefinir indicadores de desempeño y fomentar esquemas híbridos o remotos puede ser el diferencial que impulse la rentabilidad por hora trabajada y reduzca el desgaste del capital humano.
UNA ENCRUCIJADA ENTRE MODERNIZACIÓN Y ESTANCAMIENTO
México se enfrenta a una disyuntiva crucial: reducir la jornada laboral puede ser el catalizador de un cambio estructural, pero también podría desencadenar una mayor informalidad y pérdida de empleos si no se acompaña de una transformación organizacional profunda.
Este debate cobra mayor relevancia al observar que, según el mismo reporte de Banamex, el consumo privado creció apenas 1.3% en el segundo trimestre, lo que refleja la fragilidad del contexto económico actual.
Por ello, más allá del enfoque normativo, la modernización del mercado laboral requiere una visión estratégica integral: inversión en tecnología, desarrollo de habilidades digitales, nuevas métricas de productividad y una transformación cultural orientada al bienestar y eficiencia. Solo así México podrá cerrar la brecha entre tiempo trabajado y valor generado. N
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