La especulación inmobiliaria en torno al Mundial de Fútbol 2026 ha encendido las alarmas entre habitantes de Ciudad de México. Este domingo 20, cerca de un centenar de personas protestaron en las calles del sur capitalino, exigiendo medidas urgentes contra el alza desmedida en los precios de la vivienda que, aseguran, se ha intensificado con la cercanía del torneo internacional.
La manifestación tuvo lugar cerca del Estadio Azteca, uno de los recintos que albergará partidos del evento, y forma parte de una creciente ola de descontento social. Con pancartas que decían “Sin regulación no hay Mundial” y consignas como “¡Expropiación a especuladores!”, los asistentes denunciaron que la preparación de la ciudad como sede mundialista ha desatado un proceso acelerado de gentrificación que amenaza con desplazar a miles de residentes.
“Este caso se da a raíz de un proceso de aceleración de la especulación inmobiliaria con motivo de la cercanía del Mundial del año siguiente”, afirmó Álvaro Uribe, profesor universitario de 37 años, durante la protesta.
ESTRATEGIA OFICIAL Y DESCONFIANZA CIUDADANA
La movilización ocurre apenas cuatro días después de que el Gobierno de Ciudad de México anunciara una estrategia para frenar la gentrificación, que contempla una iniciativa de ley para regular los precios de los alquileres. No obstante, los manifestantes mantienen una postura escéptica.
“Realmente del gobierno ya no esperamos nada”, expresó Manuel Chávez, académico de 23 años. “Debemos conformar una sociedad más justa desde abajo, como trabajadores y como colectivo”, añadió.
Esta es la segunda manifestación importante contra la gentrificación en menos de un mes. A finales de junio, una protesta similar en las colonias Roma y Condesa, también señaladas como epicentros del fenómeno, terminó con actos de vandalismo.
GENTRIFIACIÓN, TURISMO Y MUNDIAL 2026
La llegada del Mundial ha generado entusiasmo entre sectores económicos, pero también críticas por los efectos sociales colaterales. Expertos y vecinos alertan que el evento ha detonado una explosión de proyectos inmobiliarios, alquileres temporales y cambios en el uso del suelo que excluyen a la población local de sus propios barrios.
México compartirá la sede del torneo con Estados Unidos y Canadá. Además de la CDMX, Guadalajara y Monterrey también recibirán partidos, lo que ha generado preocupación similar en zonas aledañas a sus estadios.
En medio del fervor futbolístico que se avecina, Ciudad de México enfrenta una encrucijada entre desarrollo urbano y justicia social. Para muchos vecinos, el sueño del Mundial para algunos ya comenzó a sentirse como una pesadilla de desalojo, encarecimiento y desplazamiento. N
(Con información de AFP)