Científicos de la Universidad de Dublín (Irlanda) y de la Universidad Atlántica de Florida (Estados Unidos) identificaron un “repelente químico” para los tiburones que se acercan a las playas, un hallazgo relevante dado el aumento de ataques en los últimos años.
De acuerdo con un artículo publicado en el Journal of Orthopaedic Trauma, se estima que cada año ocurren entre 80 y 100 ataques de tiburones a humanos. Un artículo de Ciencia UNAM refiere que, en la mayoría de los casos, los tiburones sueltan al humano cuando se dan cuenta que no son su presa, pero en otros, los ataques pueden ser fatales.
De las más de 370 especies de tiburones conocidas, solo 30 se consideran peligrosas para las personas. Las especies que comúnmente atacan a las personas son el tiburón blanco (Carcharodon carcharias), el tiburón tigre (Galeocerdo cuvier), y el tiburón toro (Carcharhinus leucas).
Ante ese escenario, los investigadores de ambas instituciones educativas descubrieron que el pigmento melanina, el componente principal de la tinta de sepia, parece capaz de superar el agudo sentido del olfato de los tiburones, convirtiendo una de las principales fortalezas de los depredadores en un talón de Aquiles para ayudar a prevenir ataques y otros conflictos entre tiburones y humanos.
“Al aprovechar lo que hemos descubierto, podría ser posible implementar repelentes seguros y específicos cerca de playas, señales de acuicultura o zonas de pesca, para minimizar los encuentros entre tiburones y humanos”, comentó en un comunicado la bioinformática de la Universidad de Dublín, Colleen Lawless.
RECEPTORES OLFATIVOS DEL TIBURÓN
Este hallazgo llega mientras nuevos datos del Archivo Internacional de Ataques de Tiburones revelan que Estados Unidos vuelve a tener el mayor número reportado de mordeduras de ataques de tiburones no provocados.
Para su estudio, Lawless y sus colegas utilizaron datos genéticos de varias especies de tiburones, incluido el gran tiburón blanco, para modelar las estructuras tridimensionales de los receptores olfativos de los icónicos depredadores oceánicos.
Esto les permitió demostrar que la melanina tiene una estructura molecular que puede adherirse a los receptores olfativos del tiburón y activar uno de sus sentidos vitales, lo que significa que podrían verse alentados a evitar cualquier agua en la que se haya dispersado el químico.
Como los tiburones generalmente comparten el mismo conjunto básico de receptores olfativos entre diferentes especies, independientemente de sus diferentes hábitats y estilos de vida, el disuasivo natural tiene el potencial de funcionar en la mayoría de las especies de tiburones.
ADEMÁS DEL REPELENTE, ¿QUÉ OTRAS HERRAMIENTAS EXISTEN PARA DISUADIR A LOS TIBURONES?
Actualmente las herramientas para disuadir a los tiburones de ciertas áreas incluyen cosas como redes de enmalle (que consisten en paneles verticales de red colgados de flotadores) y líneas de tambor, que atraen y capturan a los tiburones mediante anzuelos cebados colgados de barriles flotantes.
Estos enfoques son invasivos y pueden causar daños no solo a los tiburones, sino también a otras formas de vida marina, incluidos delfines, rayas, tortugas e incluso ballenas.
Por el contrario, el uso de melanina como repelente de tiburones ofrece una forma más sutil y menos dañina de mantener a los tiburones fuera de lugares donde no los queremos, no solo para nuestro beneficio, sino también para el de ellos.
“Por ejemplo, se podrían utilizar análogos sintéticos de los compuestos de tinta de sepia para mantener a los tiburones alejados de regiones peligrosas, como las aguas contaminadas de áreas con intensa actividad pesquera, mejorando así su supervivencia, ya que muchas especies de tiburones están clasificadas como en peligro de extinción”, concluyó Lawless. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)