Los índices de delictividad y el los alcances del crimen organizado en México han provocado que la sociedad se involucre para responder. Ante la ineficiencia de los gobiernos, ¿cómo se actúa desde las comunidades?¿cómo se organizan y cómo sobreviven a los entornos violentos?
En la Casa de la Cultura Jurídica en Aguascalientes, se presentó el libro “Hacer frente al horror: Estudios sobre las respuestas y los dilemas de la sociedad organizada ante la inseguridad, la criminalidad y la violencia”, editado por el Dr. Edgar Guerra, profesor – investigador del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT).
Esta obra da cuenta de los procesos sociales que acontecen detrás de los hechos violentos, y las dinámicas que los envuelven. Es decir, visibiliza a los grupos de la sociedad civil que se organizan en su búsqueda de acceso a la justicia.
Si bien el libro se centra en regiones de Tierra Caliente, en Michoacán (llamada así tanto por su clima caluroso como por sus índices de violencia), los estudios que engloba llevan a pensar en las dinámicas del resto del país. En esto estuvieron de acuerdo los panelistas que formaron parte de la presentación.
Gabriel Purón Cid, director del CIDE Región Centro, refiere que las cifras y datos sobre seguridad y violencia, así como la política pública que surge en respuesta por parte de los gobiernos, son presentados bajo manipulación constante, mientras que en otras áreas la información resulta sencillamente insuficiente.
“Existen prácticas y comparativos poco ortodoxos, información incompleta: metodologías de clasificación de los delitos incompletas, con manipulaciones” refiere. Es decir, en la información disponible sobre el crimen y la violencia en México, hay política e intereses marcados por ciertos grupos.
Corrupción y nexos con el crimen ¿dónde quedó el Estado?
Las deficiencias de los gobiernos quedan expuestas ante las cifras delictivas y la organización de la sociedad en respuesta: la corrupción, los vínculos con la delincuencia y la falta de justicia han incitado a una sociedad vulnerable a organizarse de manera autónoma y a desarrollar acciones para salvaguardar su integridad, en medio de la hostilidad.
“La violencia adquirió nuevas formas y se intensificó. Con un aumento alarmante de los crímenes relacionados con el narcotráfico, secuestros, desaparición forzada y feminicidios en la mayor parte del país. El panorama se volvió complejo y desalentador” describe la doctora Evangelina Tapia, docente e investigadora del Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.
La desconfianza hacia instituciones y autoridades va en crecimiento, detalla, asegurando que este libro ofrece una visión para comprender el impacto y trascendencia de estos fenómenos en la sociedad.
Esos grupos definen el problema y buscan soluciones: la doctora resalta la materialización de los Consejos Ciudadanos Locales de Seguridad en Michoacán, que responden a una crisis de confianza. Esta, asegura, sería una alternativa para mejorar la confianza con las autoridades y formar puentes de diálogo. Una solución que busca involucrar a todas las partes.
Ante un Estado fallido ¿son válidos los grupos armados?
“Yo no sé qué pasa en este país que los estados, entre más ricos en biodiversidad, cultura y economía, más sufren” afirma Sadi Kuri Martínez, especialista en temas de seguridad, quien resalta la manera en la que el libro aborda el tema de la violencia sin perder el enfoque en la sociedad civil organizada.
“Qué es lo que podemos hacer para contribuir y abordar estos temas tan complicados: desaparición, violencia e identidad de género” señala, preguntando sobre la legitimidad de los grupos civiles armados en la sociedad y el cambio de discurso que se ha hecho sobre ellos en los medios, pues ya no se trata de narrar encuentros entre “autoridades y sicarios”. Es decir, hay un distanciamiento de la estigmatización.
Para el especialista, el valor de la obra radica en que contextualiza, no generaliza. Una fenomenología que sucede en Aguascalientes, ejemplifica, es propia del estado, lo que debe de tomarse en cuenta a la hora de la aplicación de políticas públicas. La misma estrategia no aplica para dos estados.
“Es ver como estos habitantes empiezan a asociarse para buscar soluciones, pero lo empiezo a ver cada vez más cerca. Hablamos de Michoacán, pero también hablamos de Aguascalientes, en donde poco a poco nos referimos al problema y buscamos soluciones” asegura.
El doctor Edgar Guerra, editor del libro, asegura que hay procesos históricos enraizados en la sociedad que esconden violencia de diferentes tipos, cada una bajo su contexto.
“En contextos de desolación y criminalidad, surge organización civil que afronta la violencia” asegura. “Es entender los mecanismos, y que tanto logran incidir en sus propios contextos y en la lucha contra la delincuencia”.
“Hacer frente al horror” evidencia el potencial de la ciencia y de la sociedad para organizarse y enfrentar los conflictos violentos. Es decir, reivindica el papel de las comunidades, y visibiliza su búsqueda para reconstruirse frente al crimen.
En la obra también participan Trevor Stack, Salvador Maldonado, Irene Álvarez, Denisse Román Burgos, Sasha Jesperson, Ariadna Sánchez Nava, Catherine Whittaker, e Iran Guerrero.