Alonso tenía pocos días de vida cuando sus padres se dieron cuenta de que su organismo presentaba fallas. Comenzó a convulsionar, y a los dos días tuvieron que ingresarlo en una unidad de cuidados intensivos. Allí estuvo internado un mes y medio. Sin embargo, transcurrieron más de cinco años para que los médicos diagnosticaran una afección del grupo de enfermedades raras que le causaba una serie de convulsiones. En tanto, a medida que crecía, le sumaba otros problemas de salud como retraso motor y problemas digestivos y de visión.
Durante cinco años la familia vivió un auténtico periplo buscando un diagnóstico y tratamiento para su hijo, explica el relato del caso de estudio del Hospital Sant Joan de Déu, en Barcelona, España. Los padres de Alonso visitaron un gran número de clínicas especializadas donde el niño pudiera ser tratado y diagnosticado adecuadamente.
“He perdido la cuenta de especialistas que llegamos a consultar. Incluso escribimos a un programa para personas sin diagnosticar de Estados Unidos para solicitar que Alonso pudiera participar”, recuerda Covadonga, madre del pequeño.
En una última ocasión los padres se mudaron a Salamanca, España; posteriormente, el niño fue asignado al Hospital Sant Joan de Déu, en donde un equipo del servicio de neurología, liderado por la doctora Carme Fons, consiguió obtener un diagnóstico: Alonso tenía una enfermedad rara llamada encefalopatía epiléptica KCNQ2.
La doctora informó a los padres que la enfermedad no era degenerativa y que con una buena terapia podría mejorar. Empero, la enfermedad no tiene cura. Por ahora, los profesionales que lo atienden solo pueden ofrecerle tratamientos para combatir los síntomas.
LAS ENFERMEDADES RELACIONADAS CON EL GEN KCNQ2
Las enfermedades relacionadas con el gen KCNQ2 son un grupo de padecimintos epilépticos que se inician durante las primeras cuatro semanas de vida de un menor (periodo neonatal). El grupo es formado por varias enfermedades diferentes y las señales y síntomas varían.
La afección menos grave del grupo es la epilepsia neonatal familiar benigna, mientras la más grave es la encefalopatía epiléptica, ambas relacionadas con el gen KCNQ2. Esta epilepsia neonatal familiar benigna se caracteriza por convulsiones que se originan en los niños sanos alrededor de los tres días de vida y por lo general desaparecen dentro de uno a cuatro meses. El tratamiento es con medicamentos anticonvulsivos, de acuerdo con el Centro Nacional para el Avance de las Ciencias Traslacionales, de Estados Unidos.
Las enfermedades raras o poco frecuentes se caracterizan por tener una muy baja prevalencia en la población, es decir, afectan a una persona por cada 2,000 en la población en general. Se les conoce como enfermedades raras o huérfanas por tener una muy baja prevalencia en la población. Actualmente se han identificado entre 8,000 y 10,000 en todo el mundo, explica en entrevista con Newsweek en Español el médico genetista Juan Carlos Centeno Ruiz, encargado de la Unidad de Diagnóstico de Enfermedades Raras (UDER) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El médico genetista puntualiza que, a escala mundial, cada cierto tiempo se descubren nuevas enfermedades raras. De estas, 80 por ciento son de origen genético, es decir, la causa es una alteración en el material genético del individuo. El resto, es decir, 20 por ciento, se refiere a infecciones, intoxicaciones, algunos tumores o algunas enfermedades del sistema inmune.
LA ODISEA DIAGNÓSTICA DE LAS ENFERMEDADES RARAS
“Cuando las enfermedades raras pertenecen al 80 por ciento se pueden realizar análisis genéticos en la persona. Sin embargo, hay diferentes tipos, por ello es importante que cuando se sospecha de una enfermedad rara, el paciente sea evaluado por un genetista, un médico que se dedica a este tipo de pacientes y que puede indicar el tipo de estudio más adecuado”, agrega Centeno Ruiz.
Uno de los problemas graves de las enfermedades raras, enfatiza el doctor Centeno Ruiz, es el retraso en el diagnóstico, el cual se debe a que, al ser afecciones poco frecuentes, resulta difícil identificarlas. El tiempo pasa, el paciente continúa con los síntomas, asiste con distintos médicos sin que haya uno que identifique su caso, e incluso puede llegar a realizarse más de tres estudios clínicos sin lograr ser diagnosticado.
Después de años un médico consigue identificar el padecimiento. A todo ese proceso se le llama “odisea diagnóstica”, y sucede porque los médicos no están capacitados para identificar enfermedades raras, sino solo las frecuentes, indica el doctor.
El tiempo que en países desarrollados puede transcurrir para que una persona reciba el diagnóstico de la enfermedad rara, señala el experto, es de ocho años. “En ese tiempo el paciente pudo visitar a ocho especialistas distintos y pudo recibir tres diagnósticos distintos erróneos. Ello es una carga emocional, económica y social muy grande porque finalmente no son enfermedades fácilmente diagnosticables”.
Sin embargo, existen casos peores, añade el médico, y es que hay pacientes que recurren a un sinnúmero de médicos por décadas e incluso fallecen sin haber sabido cuál era la afección que dañó su organismo.
ENFERMEDADES RARAS EN EL CUERPO DE 400 MILLONES DE PERSONAS
El genetista indica que cuando se ha visitado a distintos médicos alrededor de un año y no se ha recibido un diagnóstico certero, ello puede indicar probabilidades de que se trate de una enfermedad rara. “Una persona que padece diabetes mellitus tipo 2, hipertensión, tuberculosis o algún tumor, se diagnostica en semanas o en algunos meses; pero si ya tenemos más de un año y no contamos con un diagnóstico muy probablemente estamos ante una enfermedad rara”.
Las enfermedades raras en todo el mundo se han alojado en el cuerpo de 400 millones de personas, aproximadamente; se calcula que en México existen 8 millones con alguna enfermedad rara, añade el médico: “De manera que, tal vez individualmente, un síndrome, una afección específica, no sea tan común, pero si agrupamos a todos estos pacientes con una enfermedad rara hablamos de un número tremendo”.
En cuanto a tratamientos, Centeno Ruiz señala que por ahora pareciera que no hay demasiados incentivos para que los laboratorios o los científicos se enfoquen en desarrollar distintas medicaciones para las enfermedades raras como sí lo hay para afecciones que son mucho más frecuentes. “En este momento se calcula que de las 8,000 enfermedades raras 5 por ciento tienen algún tipo de tratamiento”.
El médico señala que una de las principales metas debería ser conocer cuántos pacientes existen de cada enfermedad, qué tan frecuente es cierta afección o cuáles son las más constantes, pues “de esa manera tal vez haya mayor interés por el desarrollo de medicamentos y terapias enfocadas a las también conocidas como enfermedades huérfanas”.
ENFERMEDADES RARAS: EL CASO DE MÉXICO
A su vez, puntualiza que hablar de una enfermedad rara no siempre significa un tratamiento costoso o complejo, que sí los hay como un reemplazo de genes, es decir, una terapia génica. Sin embargo, en muchas ocasiones se puede hablar de la modificación de la dieta de un paciente hasta prescribir un medicamento económicamente accesible y se pueden evitar algunas cirugías o hacerlas y darle una mejor calidad de vida al paciente.
La UNAM, a través de la Unidad de Diagnóstico de Enfermedades Raras, pugna porque un mayor número de personas puedan realizarse pruebas diagnósticas y con ello tengan un tratamiento para su padecimiento.
“Debemos reconocer que sí hay avances. Por ejemplo, por muchos años el gobierno, a través del catálogo de la Secretaría de Salud, solo reconocía 20 enfermedades raras de las 8,000 que existen. Y hace algunos meses, afortunadamente, reconoció más de 5,000, ello es un avance importante porque hay un reconocimiento a los pacientes y con ello atención y tratamientos”, destaca el médico genetista.
El 29 de junio de 2023, el Consejo de Salubridad General (CSG) de México reconoció 5,500 enfermedades raras incorporadas en la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). “El CSG publicó, a través del Diario Oficial de la Federación, el Acuerdo por el que se reconocen las enfermedades raras incorporadas en la Clasificación Internacional de Enfermedades, emitida por la OMS. Con este Acuerdo se reconocen las enfermedades raras que la OMS aprobó en la undécima versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11); aproximadamente 5,500. Se exhorta a las dependencias y entidades públicas, tanto federales como locales, del Sistema Nacional de Salud, a fortalecer la atención primaria a la salud, mediante el fortalecimiento de los esquemas y mecanismos de información, análisis, estudio, investigación y capacitación de enfermedades raras”, indica el documento.
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL PARA MEJORAR LOS TRATAMIENTOS
El responsable de la UDER de la UNAM considera que uno de los primeros pasos hacia mejores políticas públicas que beneficien a los pacientes es facilitar el diagnóstico: “En la actualidad ya es posible realizar procedimientos para determinar si es o no una enfermedad rara; tanto en costos como en instalaciones hay mayor acceso, por ello se debe invertir en la implementación de programas de diagnósticos para reconocer tempranamente a los pacientes”.
Después de ello, señala, es necesario añadir a las políticas públicas la posibilidad de un tratamiento que le dé calidad de vida al paciente. “Se debe tomar en cuenta que al realizar un registro de las personas que padecen enfermedades raras en nuestro país, este sea altamente confiable y certero, es decir, que el diagnóstico esté basado en una confirmación genética porque de lo contrario no será un diagnóstico confiable”.
El médico genetista comenta que actualmente la inteligencia artificial (IA) también está siendo involucrada en el campo, principalmente desde el punto del análisis del material genético. Empero, espera que en algunos años se puedan ver los frutos en tratamientos para distintas enfermedades raras.
Un equipo internacional de científicos dirigido por el investigador y director del Departamento de Ciencias de la Vida del Centro de Supercomputación de Barcelona (BSC-CNS), Alfonso Valencia, desarrolló una tecnología basada en la IA para el estudio de enfermedades raras y la aplica con éxito para identificar las posibles causas de la aparición de lo que se conoce como síndromes miasténico-congénitos, un grupo de raros trastornos hereditarios que limitan la capacidad de moverse y causan diversos grados de debilidad muscular en los pacientes.
FALTA DE DATOS SOBRE ENFERMEDADES MINORITARIAS
La falta de datos disponibles sobre enfermedades minoritarias, también conocidas como raras, hace que la investigación en esta área sea extremadamente difícil. Este trabajo marca un hito importante en la aplicación de métodos basados en la IA, es decir, redes de múltiples capas que vinculan e intercalan la información de diferentes bases de datos para abordar cuestiones no resueltas en el estudio de las enfermedades raras, que afectan entre 5 por ciento y 7 por ciento de la población.
La investigación, publicada en febrero pasado en la revista científica Nature Communications, tardó más de diez años en completarse e involucró a investigadores de 20 instituciones científicas de España, Canadá, Japón, el Reino Unido, los Países Bajos, Bulgaria y Alemania. “Las enfermedades raras siguen siendo un desafío inexplorado para la investigación biomédica. Las tecnologías de inteligencia artificial más avanzadas están diseñadas actualmente para analizar grandes volúmenes de datos y no están entrenadas para escenarios en los que la disponibilidad de los datos de los pacientes es limitada, una característica clave de las enfermedades raras”, indica el documento.
En el estudio, que involucró a una cohorte de 20 pacientes de una pequeña población en Bulgaria, los investigadores desarrollaron un método que utiliza técnicas de IA para superar los limitados datos disponibles para entender por qué los pacientes con la misma enfermedad y las mismas mutaciones sufren grados de gravedad muy diferentes.
LA SUPERCOMPUTACIÓN Y LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL, CONTRA LAS ENFERMEDADES RARAS
El método utiliza información de grandes bases de datos biomédicos sobre todo tipo de procesos biológicos para explorar las relaciones entre los genes en cada paciente. “El objetivo es identificar algún tipo de relación funcional que pueda ayudarnos a encontrar las piezas que faltan del rompecabezas de la enfermedad que no hemos visto porque no hay suficientes pacientes”, explicó Iker Núñez-Carpintero, coautor del estudio.
El desarrollo de métodos de inteligencia artificial basados en redes multicapa y los últimos avances en supercomputación han hecho posible encontrar las piezas que faltan a las que se refiere el investigador Núñez-Carpintero, ya que permiten un análisis mucho más rápido de grandes datos biomédicos de lo que era posible hace una década, cuando comenzó el estudio. Esto permite a los investigadores hallar información que vincula a los pacientes con enfermedades raras, ayudando a comprender sus síntomas y manifestaciones clínicas.
“Los avances recientes en infraestructuras de supercomputación, como el nuevo MareNostrum 5, recientemente inaugurado, representan una oportunidad para desarrollar nuevas estrategias para la investigación de enfermedades raras. La investigación sobre estas enfermedades requiere el análisis simultáneo de los datos individuales de los pacientes y el conocimiento biomédico general acumulado en la última década. Esta tarea exige una sólida infraestructura computacional, que solo ahora se está convirtiendo en una realidad”, añade Núñez-Carpintero.
La importancia de la investigación radica en el hecho de que abre nuevas vías para el desarrollo de aplicaciones computacionales diseñadas específicamente para enfermedades raras. También representa un avance en el uso de redes multicapa para abordar preguntas fundamentales sobre la naturaleza de estas enfermedades. En este caso, los resultados muestran cómo los diferentes niveles de gravedad de los síndromes congénitos miasténicos están vinculados a mutaciones específicas en el proceso correcto de contracción muscular.
NUEVAS ESTRATEGIAS, NUEVOS MEDICAMENTOS PARA ENFERMEDADES RARAS
Además, este estudio es el primero que permite comprender las posibles causas genéticas detrás de los efectos beneficiosos de ciertos tratamientos que son efectivos en algunos pacientes con esta enfermedad, como el salbutamol, que se usa comúnmente para tratar problemas respiratorios como el asma. Esto permitirá el desarrollo de nuevas estrategias de reposicionamiento de medicamentos, que son esenciales en el caso de enfermedades raras debido a la dificultad de desarrollar tratamientos específicos y la falta de interés de la industria farmacéutica.
“Este es el primer estudio que puede explicar genéticamente por qué algunos pacientes con esta enfermedad rara responden bien a tratamientos como el salbutamol. Este descubrimiento destaca la importancia del reposicionamiento de los medicamentos, un campo que actualmente se persigue en la investigación biomédica, y abre nuevas posibilidades para comprender y tratar las enfermedades raras utilizando métodos de medicina de precisión”, concluye Núñez-Carpintero.
El médico genetista Juan Carlos Centeno Ruiz enfatiza que es necesario realizar una revisión física del paciente con mayor atención al detalle para que no existan fallas a la hora de diagnosticar una enfermedad rara.
“Además se requiere la elaboración amplia de la historia clínica del paciente y, sobre todo, la genealogía de la familia porque 80 por ciento de las enfermedades es de origen genético. Todo ello nos ayuda muchísimo para ir sospechando y descartando, hasta llegar a un resultado certero”, explica.
LA REVISIÓN FÍSICA DEL PACIENTE ES IMPRESCINDIBLE
El paciente debe ser evaluado de forma presencial, esa es la función de los genetistas: “Tenemos un entrenamiento para nuestras consultas, y en promedio tiene una duración de dos horas porque estamos enfocados en analizar todos los datos del paciente, desde la cabeza hasta los pies, que nos permitan integrar diagnósticos clínicos y se puedan confirmar”. Tras la consulta llegarán los estudios clínicos y las pruebas genéticas para obtener un resultado definitivo.
Las enfermedades poco frecuentes, por ser alteraciones genéticas que surgen desde que el humano es apenas una célula, obligan a que los pacientes que conocen el historial familiar y padezcan este tipo de casos acudan con un genetista. “Este tipo de padecimientos puede surgir en los primeros meses de vida, en la infancia, adolescencia y también muchas veces se manifiestan en la edad adulta —concluye el genetista—, incluso cuando la persona ya tuvo hijos y les trasmitió la enfermedad”. N