Enfocarse en las personas y no en los automóviles desde la planeación urbana, apostar por la sustentabilidad y tener transportes públicos más eficientes, seguros y atractivos son solo algunos componentes que se necesitan para atender las necesidades actuales de movilidad en México.
Existen dos componentes que determinan la calidad de vida en una ciudad: la contaminación y el tránsito. Son dos fenómenos de los cuales, como individuos, tenemos toda responsabilidad. En cualquier ciudad, la mayor parte de las personas planea su día a día alrededor del tránsito. Como individuos contamos con un recurso que no es infinito, nuestro tiempo, y al final se ve afectado por ambas situaciones.
Las ciudades con zonas urbanas en economías emergentes como México se caracterizan por una elevada densidad de población, desarrollo económico y diferencias sociales; en este sentido, es importante entender la movilidad como una necesidad humana que implica participación social, calidad de vida y accesibilidad.
Por ello, para desarrollar ciudades que mejoren la calidad de vida de las personas, así como la reducción de emisiones para ser ciudades sustentables, la movilidad juega un rol crucial al ser el esqueleto de la ciudad que da vida a la planificación urbana, y que además logra unir el desarrollo tecnológico a través de la mejora de sistemas de transporte.
EL AUTO COMO FAVORITO
A través de un análisis mixto de investigación de 500 entrevistas cuantitativas y cualitativas a ciudadanos en Marruecos, Indonesia y México, el estudio “Movilidad urbana emergente”, del Instituto Liberal de la Fundación Friedrich Naumann y del Institut de Investigación Fraunhofer, se analizó el futuro de la movilidad de manera comparativa en economías emergentes.
Uno de los resultados más significativos es que, para México, la movilidad urbana está fuertemente arraigada en el vehículo individual motorizado, a pesar de que en ciertas ciudades se comienzan a mejorar los transportes públicos más sustentables con menores emisiones o autobuses eléctricos.
Es importante recalcar que las ciudades en México retoman un modelo que privilegia la movilidad basada en las tres C: coche, centro comercial y condominios horizontales. Estos modelos surgieron a raíz del crecimiento urbano, y del aumento de la inseguridad; sin embargo, lo que promueven es mayor alienación comunitaria y emisiones. Entre los encuestados, 80 por ciento cuenta con un vehículo privado, a diferencia de Marruecos, donde esta cifra cae a 59 por ciento.
Otro dato importante para México es que 69 por ciento de los encuestados ven como área de mejora la ampliación de la oferta de transporte, así como eficientizar soluciones existentes, como los horarios del transporte público, o desarrollar una mejor vinculación entre operadores y sistemas para hacer conexiones más sencillas.
Es necesario entender la movilidad como un componente mucho más amplio que los medios de transporte, pues existen iniciativas de planificación urbana que también influyen en una mejor movilidad. Así, la mejora de rutas o ampliación de aceras pueden mejorar aspectos. De hecho, para 48 por ciento de los encuestados, es imprescindible actuar en la ampliación de las vías peatonales en zonas urbanas.
CAMBIOS DE MOVILIDAD PARA MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA EN MÉXICO
Además, entender el potencial de la tecnología para mejorar opciones disponibles es vital. Desde patines motorizados, bicicletas eléctricas, hasta mejoras en el transporte público al unirlo a la red de Google Transit como software ofrecido por Google para acceder a los datos de tiempos, rutas y planes de viaje. De esta manera, la movilidad es además un factor que puede compartirse, vivirse y planearse desde los teléfonos celulares de cada usuario.
Ciudades en nuestro país como la Ciudad de México, y Mérida, sede de la Expo Latam de Ciudades Inteligentes, están demostrando un compromiso por derribar barreras a la movilidad sustentable. Si bien el estudio señala que debe haber un cambio cultural, ya que el coche privado es visualizado como símbolo de status social, la realidad es que, a medida que el transporte público se vuelva más seguro, eficiente y atractivo, un mayor número de personas comprometidas con el medioambiente, más allá del status social, comenzarán a usarlo.
Enfocarse en las personas y no en los automóviles desde la planeación urbana, diseñar normas acordes y tener calles que ofrezcan una experiencia positiva a los ciudadanos son puntos de partida para una movilidad que apoye en la consecución de los Objetivos del Desarrollo Sostenible hacia la reducción de emisiones y mejorar la calidad de vida de las personas. N
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María José Salcedo es coordinadora de la Oficina México de la Fundación Friedrich Nauamann. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.