Las boyas antimigrantes colocadas en el fronterizo río Bravo para evitar el paso hacia Estados Unidos están, en su mayoría, del lado de México, dio a conocer un levantamiento topográfico realizado por una comisión oficial binacional.
“Una comparación de las ubicaciones registradas de las boyas con la línea de límite oficial (…) establece que aproximadamente 208 pies de la línea de boyas se encuentran dentro de Estados Unidos, mientras que aproximadamente 787 pies de la línea de boyas [79 por ciento del total] se encuentran dentro de México”, dice el reporte realizado por la Comisión Internacional de Límites y Aguas de Estados Unidos y México (CILA), encargada de resolver diferencias en esta parte de su territorio.
YA EXISTE DEMANDA CONTRA LAS BOYAS
El documento fue presentado el martes 15 de agosto ante un tribunal federal estadounidense, donde se interpuso una demanda realizada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos contra el estado de Texas. El gobernador de ese estado del sur estadounidense, Greg Abbott, dispuso en julio la instalación de una línea de boyas de unos 300 metros en un área del Río Bravo.
Su instalación generó una pronta controversia en el vecino latinoamericano, donde el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, la calificó de una “provocación” que viola la soberanía de este país. Con anclajes de hormigón, las boyas están tendidas en el sector de Eagle Pass, sur del país, que limita con Piedras Negras, México. Se trata de uno de los tramos utilizados por migrantes para entrar a Estados Unidos.
LAS BOYAS ANTIMIGRANTES TRASPASAN LÍMITE FRONTERIZO CON MÉXICO
El documento tiene también una imagen aérea con la distribución de las boyas, y muestra cómo hay una gran porción de la línea de boyas que traspasa el límite fronterizo trazado, hacia México. Para el gobierno estadounidense, “las boyas violan la ley federal, generan preocupaciones humanitarias y pueden dañar la política exterior”.
La cancillería mexicana informó a principios de agosto del hallazgo de dos cuerpos en la zona de estas boyas color naranja, fabricadas de tal forma que puedan girar y sea difícil sujetarse de ellas. El gobernador Abbott negó que sus boyas hayan causado la muerte de estas personas. En la ribera del lado de Texas, el gobernador instaló barreras de alambres de púas.
A finales del julio, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, dijo que las boyas son “ilegales”. Además, el diplomático dijo: “Lo que está haciendo Texas es ilegal pero también es hacer del fenómeno de migración un fenómeno político y no un fenómeno humanitario, económico”. Señaló que más que poner barreras a la migración, se debe atacar sus causas y construir una política que permita un flujo de migrantes legal, seguro y ordenado. N
(Con información de AFP)