El deshielo del permafrost liberará microbios extraños en la atmósfera en los próximos años, según consideraciones de los científicos. Además, según varios expertos, los microbios antiguos suspendidos en cápsulas del tiempo naturales de permafrost (en algunos casos hasta por cientos de miles de años) podrían traer serias consecuencias para los humanos.
Por ejemplo, más de 100 microorganismos diversos encontrados en el permafrost de Siberia resultaron ser resistentes a antibióticos.
El permafrost, conocida así a la capa del suelo permanentemente congelada en las regiones polares, es hogar de una cantidad indefinida de microbios y otros compuestos químicos, explicó la NASA la semana pasada. Y grandes regiones de suelo congelado se están derritiendo cada vez más rápido.
Kimberley Miner, investigadora climática en el laboratorio Jet Propulsion de la NASA, en el Sur de California, trabaja en caracterizar los microbios congelados en permafrost. “Todos se están apresurando tanto como pueden para entender qué sucede en los polos”, dijo en un comunicado. “Cuanto más comprendamos, mejor preparados estaremos para el futuro”.
El contacto con potenciales riesgos biológicos no es una posibilidad tan remota ni necesariamente difícil. En décadas recientes, asentamientos, sitios industriales y proyectos militares se han construido sobre el permafrost.
“Estos son microbios que evolucionaron junto con mamuts y perezosos gigantes, y no tenemos idea de lo que podrían hacer de ser liberados en nuestros ecosistemas”, dijo Miner en octubre del año pasado.
CONOCIMIENTOS LIMITADOS
“Tenemos un conocimiento muy limitado de los tipos de extremófilos —microbios que viven en una gran variedad de condiciones durante mucho tiempo— que tienen el potencial de emerger”, añadió.
El permafrost, definido como cualquier suelo que permanece completamente congelado por al menos dos años, cubre grandes porciones de nuestro planeta. Alrededor de un cuarto de terreno en el hemisferio Norte está cubierto de permafrost.
El calentamiento gradual del clima ocasionará que con el tiempo se derrita el permafrost, provocando una multitud de problemas para los humanos, además de la liberación de microbios.
Entre ellos, el escape de muchas cápsulas de dióxido de carbono. Tan solo en el permafrost del Ártico se guardan unos 1700 billones de toneladas métricas de carbono, incluyendo dióxido de carbono y metano.
Si esto se liberara en una sola ocasión, equivaldría a más de 50 veces la cantidad de emisiones de combustibles fósiles que se produjeron en 2019 en todo el mundo, de acuerdo con la NASA.
OTRAS CONSECUENCIAS PARA LA HUMANIDAD
Miner dijo: “Los modelos actuales predicen que veremos descargas de carbono, liberado del permafrost a la atmósfera, dentro de los próximos cien años, potencialmente antes”.
Pero el permafrost derretido tiene otras consecuencias más inmediatas para la humanidad. Para empezar, muchas comunidades del norte están construidas sobre permafrost. Cuando este permafrost se deshiela puede desestabilizar el suelo, producir agujeros y dañar viviendas e infraestructura.
Para comprender mejor la dimensión del problema, los científicos están utilizando observaciones de la tierra desde el espacio. Próximas misiones satelitales, como la Copernicus Hyperspectral Imaging Mission for the Environment (CHIME), de la Agencia Espacial Europea, ayudarán a mapear cambios en la cobertura del terreno, por ejemplo.
De acuerdo con la NASA, desde 1880 la temperatura global se ha incrementado un grado centígrado, mientras que la cantidad de hielo ártico se ha reducido un 13 por ciento por década desde 1979.
Los científicos creen que la tendencia de calentamiento actual es, sin lugar a dudas, resultado de la actividad humana desde mediados del siglo XX. N
(Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek)