El doctor Camilo Ricordi, director del Instituto de Investigación de la Diabetes (DRI) y del Centro de Trasplante Celular de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami, y su equipo de colaboradores internacionales han informado de los resultados de un innovador ensayo que muestra que las transfusiones de células madre mesenquimales derivadas del cordón umbilical (UC-MSC) reducen de forma segura el riesgo de muerte y aceleran el tiempo de recuperación de los pacientes más graves con COVID-19, según publican en la revista ‘STEM CELLS Translational Medicine’ (SCTM).
El ensayo clínico controlado aleatorio, autorizado por la FDA en abril pasado, fue iniciado por The Cure Alliance, una organización sin fines de lucro de científicos de investigación fundada hace diez años por el doctor Ricordi para que científicos de todo el mundo compartan conocimientos y acelerar las curas de todas las enfermedades.
Al comienzo de la pandemia, todo el enfoque se centró en poner fin al sufrimiento causado por el COVID-19. El doctor Ricordi creó el ‘Proyecto mini-Manhattan’, cuyo resultado ha producido esta importante nueva arma en el arsenal contra el COVID-19, especialmente durante este momento crítico en el que la distribución de las nuevas vacunas es más lenta de lo anticipado y la tasa de infección y el número de muertos sigue aumentando.
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El estudio describe los hallazgos de 24 pacientes hospitalizados en la University of Miami Tower o en el Jackson Memorial Hospital con COVID-19 que desarrollaron el síndrome de dificultad respiratoria aguda grave (SARS), una complicación peligrosa y a menudo fatal caracterizada por una inflamación severa y acumulación de líquido en los pulmones. Cada paciente recibió dos infusiones de células madre mesenquimales o un placebo, administradas con días de diferencia.
“Fue un estudio doble ciego. Ni los médicos ni los pacientes sabían quién recibió el tratamiento, quién recibió el placebo”, explica Ricordi.
Al mes, el 100% de los pacientes que recibieron las infusiones de UC-MSC sobrevivieron frente al 42% del grupo de control. Los investigadores encontraron que el tratamiento era seguro, sin eventos adversos graves relacionados con la infusión.
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El equipo del doctor Ricordi también informa que el tiempo de recuperación fue más rápido entre los del grupo de tratamiento. Más de la mitad de los pacientes tratados con infusiones de UC-MSC se recuperaron y regresaron a casa del hospital en dos semanas. Más del 80% del grupo de tratamiento se recuperó el día 30, frente a menos del 37% en el grupo de control.
“Es como la tecnología de una bomba inteligente en los pulmones para restaurar la respuesta inmune normal y revertir las complicaciones potencialmente mortales”, apunta Ricordi.
Solo un cordón umbilical, donado de una cesárea, puede producir hasta 10,000 dosis del tratamiento COVID-19.
“Nuestros resultados confirman el poderoso efecto antiinflamatorio e inmunomodulador de las UC-MSC. Estas células han inhibido claramente la ‘tormenta de citoquinas’, un sello distintivo del COVID-19 severo”, añade Giacomo Lanzoni, autor principal del artículo.
RESULTADOS CRÍTICOS PARA OTRAS ENFERMEDADES
“Los resultados son de importancia crítica no solo para el COVID-19, sino también para otras enfermedades caracterizadas por respuestas inmunes aberrantes e hiperinflamatorias, como la diabetes tipo 1 autoinmune. Estamos ansiosos por aplicar estas células en ensayos clínicos para detener la progresión de la diabetes tipo 1”, prosigue Lanzoni, profesor asistente de investigación, Instituto de Investigación de la Diabetes, Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami.
El equipo central del doctor Ricordi incluía científicos con experiencia en células madre, enfermedades pulmonares y cuidados intensivos, pero fueron los investigadores de la diabetes quienes comenzaron a descifrar el código. En el DRI, el doctor Ricordi y sus colegas habían estado colaborando con científicos chinos para estudiar UC-MSC para el tratamiento de la diabetes tipo 1.
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Con el brote de la pandemia se enteró de que esos colaboradores estaban ahora probando el tratamiento en pacientes gravemente enfermos de COVID-19 e informando de su éxito. Pronto se unieron a los investigadores de China los investigadores israelíes, que informaron de que hasta el 100% de los pacientes tratados sobrevivían y se recuperaban más rápidamente que los que no recibían tratamiento con células madre. Pero ninguno de los estudios fue un ensayo aleatorio, el estándar de oro de la ciencia.
El potencial del tratamiento era ciertamente prometedor. Se sabe que las células mesenquimales ayudan a corregir las respuestas inmunes e inflamatorias que salen mal. También tienen actividad antimicrobiana y se ha demostrado que promueven la regeneración de tejidos.
Además, cuando se administran por vía intravenosa, las células madre mesenquimales migran de forma natural a los pulmones exactamente donde se necesita terapia en pacientes COVID-19 con síndrome de dificultad respiratoria aguda potencialmente mortal.