Datos obtenidos por Newsweek apuntan a que, a lo largo de un año o poco más, la agencia de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) compró más de 1,200 boletos (algunos con descuento) para deportar inmigrantes centroamericanos en vuelos comerciales de United Airlines, American Airlines y Delta Airlines.
Las aerolíneas proporcionaron los vuelos que fletó la ICE, casi todos a través de operaciones chárter como Swift Air y World Atlantic Airlines. Esta información llegó a manos de Newsweek mediante una petición amparada en la Ley de Libertad de Información.
Los archivos de la ICE revelan que, entre el 1 de enero de 2019 y el 16 de enero de los corrientes, la dependencia gubernamental utilizó aerolíneas comerciales para hacer al menos 1,386 deportaciones a Centroamérica. De un total de 1,288 traslados, United realizó 677 vuelos; American contribuyó con 345; y Delta aportó los 266 restantes. Cabe señalar que la información de la ICE solo detalla el número de vuelos realizados, mas no la cantidad desembolsada en los boletos.
Varias decenas de deportados abordaron vuelos comerciales de Avianca (Colombia) y Copa Airlines (Panamá), en tanto que la información de la ICE detalla dos boletos adicionales: uno de Aeroméxico y el otro de Alaska Airlines.
Al preguntar por este asunto, United Airlines nos remitió con la ICE, mientras que Avianca pidió que habláramos con la oficina de migración del gobierno colombiano. Por su parte, Alaska Airlines, Copa y Aeroméxico se abstuvieron de responder a nuestras peticiones de comentarios.
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La mayor parte de los vuelos condujo a inmigrantes y solicitantes de asilo a los países centroamericanos que integran el Triángulo del Norte, con 605 destinados a Honduras, 429 a Guatemala, y 79 a El Salvador. Unos 150 aviones volaron a San José de Costa Rica, y 100 más siguieron la ruta aérea de la ciudad portuaria de Belice. De los trayectos aéreos, 68 tuvieron como punto final la Ciudad de Panamá, y los pasajeros de otros 16 desembarcaron en Managua, Nicaragua.
Gran parte de los aviones partieron de Texas, cuyos puertos de entrada registraron un importante incremento de inmigrantes y solicitantes de asilo durante el año pasado. El Aeropuerto Intercontinental George Bush de Houston fue el punto de origen de 246 vuelos, y el Aeropuerto Internacional de Valley (en Harlingen, Texas) otorgó sus pistas a 204 aviones fletados por la ICE. Otros aeródromos fueron puertos de partida importantes, incluido el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy de Nueva York, utilizado para casi 280 vuelos.
Esta información fue obtenida justo cuando la ICE enfrenta un minucioso escrutinio debido a la manera como implementó la política inmigratoria de línea dura de la presidencia de Trump, cuya decisión de 2018 —que ordena las separaciones familiares— resultó en que miles de niños migrantes quedaran aislados de sus padres al cruzar la frontera con México. En aquella oportunidad, varias aerolíneas se negaron a cooperar con esa práctica. United y American emitieron declaraciones expresando su oposición a colaborar, y Delta se pronunció en contra de las separaciones familiares.
Pero ahora, al condenar a las aerolíneas comerciales por permitir que la ICE usara sus vuelos para realizar deportaciones, Jess Morales Rocketto, presidenta del grupo de defensa Families Belong Together [las familias deben permanecer unidas], se dirigió directamente a esas empresas diciendo que debían sentirse “avergonzadas”.
La misma crítica hizo Sara Nelson, presidenta de Association of Flight Attendants-CWA, agrupación que representa a 50,000 asistentes de vuelo.
“Las aerolíneas comerciales deben negar, inmediatamente, el uso de sus aviones para cualquier acción de deportación o traslado, al menos hasta que la presidencia pueda demostrar, con absoluta transparencia, que cada caso ha sido procesado con estricto apego a la ley”, agregó Nelson.
En un comunicado enviado a Newsweek, un portavoz de Delta insistió en que la aerolínea no es responsable de decidir quiénes son deportados.
“En última instancia, son los jueces de inmigración quienes determinan el estado migratorio de cada persona, y siempre después de un largo proceso judicial que implica numerosas apelaciones”, enfatizó el portavoz, y añadió que “son casos muy complejos y emocionales para todos los interesados”.
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En un correo electrónico dirigido a Newsweek, American Airlines confirmó que la ICE utilizó sus vuelos y señaló que el gobierno de Estados Unidos puede comprar boletos de aerolíneas nacionales —incluida American— con los descuentos tarifarios contemplados en el Programa City Pair (CPP), creado en 1980 para ofrecer precios reducidos a los viajeros del gobierno federal. Además de American, United, Delta y Alaska, la lista de participantes del CPP incluye las aerolíneas Southwest, JetBlue, Hawaiian y Silver Airways. Bajo las condiciones del programa, un vuelo originado en JFK o en el aeropuerto neoyorquino de LaGuardia y con destino a San Pedro Sula, Honduras, podría costar apenas 177 dólares: mucho menos que las tarifas promedio publicadas en línea, algunas de las cuales ascienden a más de 500 dólares.
En un comentario proporcionado a Newsweek, Danielle Bennett, portavoz de la ICE, puso énfasis en que “el uso del CPP no es exclusivo de la ICE. Es extensivo a todo el gobierno”.
El hecho de que la ICE haya usado el programa CPP no sugiere que las aerolíneas tengan algún tipo de asociación con la dependencia. Sin embargo, dada su negativa previa a cooperar con la ICE en las separaciones familiares, Morales Rocketto argumenta que las aerolíneas podrían hacer lo mismo en todos los casos de deportación.
“El pueblo estadounidense ha demostrado que no seguirá tolerando que las grandes corporaciones ignoren los valores familiares de nuestra nación”, declaró. “Y ahora, hacemos llegar el mismo mensaje a todas las aerolíneas”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek