Los niveles de metano en la atmósfera —un gas de invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono— han aumentado en la última década, y los científicos no están seguros del porqué.
La cantidad de metano liberado en la atmósfera desde 2007 representa más del 6 por ciento del crecimiento total en emisiones desde el comienzo de la revolución industrial. Según un artículo publicado en febrero en la revista Global Biogeochemical Cycles de la Unión Americana de Geofísica, el impacto del aumento de metano en la atmósfera podría poner en riesgo nuestra capacidad de cumplir con los objetivos establecidos en el Acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático.
En el acuerdo, naciones de todo el mundo prometieron mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados Celsius (35.6 grados Fahrenheit) con base en los niveles preindustriales. En su mayoría, los líderes mundiales se prepararon para hacer esto mediante hallar maneras de reducir sus emisiones de CO2.
“El crecimiento actual [del metano] ahora ha durado más de una década”, dijo el estudio. “Si el crecimiento continúa a ritmos similares a lo largo de las décadas siguientes, la evidencia presentada aquí demuestra que el impacto extra del metano en el cambio climático puede negar significativamente o incluso revertir el avance de la mitigación climática obtenida de reducir las emisiones de CO2”.
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Los niveles preindustriales de metano eran de aproximadamente 720 partes por billón (ppb). En 1984, se registraron en 1,645 ppb. En los siguientes 20 años, el crecimiento pareció desacelerarse, registrándose niveles de 1,775 ppb en 2006. Después de esto, las emisiones empezaron a aumentar de nuevo. En 2017, alcanzaron las 1,850 ppb.
Matt Rigby, un científico atmosférico de la Universidad de Bristol, Reino Unido y quien no estuvo involucrado en el estudio, dijo al Los Angeles Times que los investigadores habían esperado que los niveles de metano en la atmósfera empezaran a disminuir. “Pero hemos visto más bien lo opuesto: han crecido de manera constante por más de una década”, comentó él. “Simplemente es una imagen muy confusa. Todos están desconcertados. Simplemente estamos desconcertados”.
En el estudio, los científicos señalaron que aun cuando el crecimiento de metano se había reportado en todo el orbe, fue especialmente notable en los trópicos y las latitudes medias del norte. “El aumento es continuo”, escribió el equipo, añadiendo que desde 2007, la proporción de isotopos de carbono —que normalmente se usa para identificar el origen del metano— había cambiado significativamente, indicando un cambio de la fuente.
Entonces, ¿de dónde está proviniendo? El metano se puede producir de muchas maneras. Lo más común es que lo asociemos con la descomposición de la materia orgánica. Sin embargo, también puede provenir de la industria de combustibles fósiles. Los aumentos en uno u otro o en ambos da una respuesta plausible.
Una tercera idea es que el “poder limpiador” de la atmósfera está disminuyendo, lo cual significa que el metano ya no es destruido a un ritmo tan rápido. Esto significa que incluso si las emisiones no están creciendo, el metano perdura en la atmósfera por más tiempo.
Al momento, no está claro exactamente cómo y por qué el metano en la atmósfera está creciendo, y este es un problema grande. “La necesidad de determinar los factores detrás del aumento reciente de metano es urgente: de hecho, es esencial si el calentamiento global ha de limitarse dentro de los límites del Acuerdo de París”, concluyeron ellos.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek