El consumo de proteína animal ha disminuido drásticamente por razones como el maltrato animal, la contaminación, la ética y la salud.
Como consecuencia, la preocupación y falta de información sobre la gente que decide disminuir o eliminar el consumo de proteína animal ha aumentado. Esta falta de datos afecta la forma de pensar de las personas sobre qué tan bueno, o malo, es consumir proteína animal.
El consumo de proteína debe de ser de .8 a 1.2 gramos por kilogramo de peso, y para atletas, de 1.2 a 2 g/k. Este parámetro puede cumplirse con proteína de origen vegetal (frijol, lenteja, chícharos, etcétera) o con proteína de origen animal (carne, huevo, pollo, pescado). Lo importante es saber contabilizar la proteína y cumplir con el consumo necesario para que no haya una deficiencia.
Es importante conocer cuántos gramos de alimento debes de consumir para alcanzar los gramos de proteína que deseas consumir. Un ejemplo de un día vegano es de dos tazas de quinoa, dos tazas de lenteja, 60 gramos de nuez y una taza de brócoli, lo cual suma 80 gramos de proteína y solamente 1,631 kcal.
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Por otro lado, la mayoría de la gente vegana tiene miedo y es criticada por sufrir una deficiencia de calcio, yodo o vitamina B12, mientras que los omnívoros también suelen tener deficiencias y mucho más fuertes de fibra, calcio, folato, magnesio, vitamina C y vitamina E.
La conclusión es que no debes de tener miedo a llevar una dieta vegana o basada en plantas, simplemente debes de llevar una suplementación adecuada y aprender a comer las cantidades correctas de cada grupo alimenticio para llegar a tus gramos de requerimiento de proteína, grasa y carbohidratos.