El presidente de México, Enrique Peña Nieto, designó a Alejandro Díaz de León como gobernador del Banco de México, una vacante que dejó Agustín Carstens el 30 de noviembre.
Díaz de León tendrá este cargo desde el 1 de diciembre de este año y hasta el 31 de diciembre del 2021.
El funcionario se ha desempeñado como subgobernador del Banco de México, un cargo que ocupa desde el 1º de enero de este año y fue director de la Dirección General del Banco Nacional de Comercio Exterior (BANCOMEXT) hasta 2016.
De 2011 a 2015, fue titular de la Unidad de Crédito Público en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Ha sido Vocal Ejecutivo del Fondo Nacional de Pensiones de los Trabajadores al Servicio del Estado (PENSIONISSSTE) y, según un comunicado de Presidencia, cuenta con una carrera profesional de más de 16 años en el Banco de México (de 1991 a 2007).
El nuevo encargado del Banco de México deberá enfrentarse a una inflación que, de acuerdo con el último corte en octubre, llegó a 6.37% a tasa anual en un marco de renegociación por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) así como al proceso de normalización de las tasas de interés en Estados Unidos.
Hace una semana la institución redujo su previsión de crecimiento del PIB en 2017 debido, detalló, al impacto de dos sismos en septiembre, un revés que se considera transitorio y no afectará en 2018.
El 30 de noviembre, Carstens abandonará el Banco de México para encabezar el Banco de Pagos Internacionales (BIS), una institución que coordina la cooperación entre bancos centrales alrededor del mundo con sede en Basilea, Suiza.
Carstens llegó a la dirección del Banco de México en 2010 y durante su gestión el banco llevó la tasa de interés a un mínimo de 3% para posteriormente elevarla gradualmente al nivel actual de 7% ante diversos vientos en contra que enfrentó la economía mexicana como el ascenso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Durante su gestión, la inflación tocó un mínimo de 2.1% aunque en este año aumentó tras el aumento en los precios de las gasolinas y la depreciación del peso frente al dólar.