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Al final de los 70, el ingeniero Eduardo Oviedo Medina leyó en Reader’s Digest, que el litio se iba a convertir en un material estratégico. Hoy tiene una concesión minera en Mexicali que planea explotar.
El litio es un mineral que se extrae de las sales del mar o de las rocas y salinas en altos desiertos como el Salar de Uyuni, en Bolivia, o incluso aquí, en el desierto de Baja California.
“Lo que vislumbramos en Cerro Prieto, además del potencial minero, es que es un sumidero de energía que tiene enorme valor”, dice Oviedo.
La concesión para explotar el cloruro de litio otorgada por la Secretaría de Economía, se ubica en Cerro Prieto, Mexicali, en el mismo lugar donde la Comisión Federal de Electricidad (CFE) opera una geotérmica.
Según la base de datos de Concesiones Mineras del Gobierno Federal, para el litio solo existen dos concesionarios en Baja California. Uno de ellos es Oviedo Medina.
Con la explotación eléctrica en la geotérmica, se obtiene salmuera que al recalentarse arroja compuestos minerales como el cloruro de litio.
De este mineral se obtiene carbonato o hidróxido de litio, que se usa para fabricar las baterías de nuestros teléfonos celulares, tabletas o computadoras, por su alta capacidad para recargar.
Le llaman el oro blanco de los energéticos porque el litio también es elemento fundamental para fabricar baterías de los vehículos eléctricos, híbridos y aeronáuticos. Y es difícil negar que el futuro de la movilidad esté ahí.
En algunos años el petróleo dejará de ser la respuesta como fuente de energía, debido a sus cada vez más escasas reservas.
La situación es que el mundo requiere más litio del que se explota.
Juan Cabuto, académico del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), dice que aún no es posible abastecer la demanda de litio, por la insuficiente producción del mineral a nivel mundial.
Por eso el alto precio que ha alcanzado.
Esta es la oportunidad del proyecto minero del ingeniero mecánico Oviedo.
Eduardo Oviedo es director de LEDSS, empresa que se dedica a la investigación, asesoría e innovación científica para el aprovechamiento de recursos naturales y energías alternas en la región desértica de Baja California y Sonora.
No es que LEDSS esté en el negocio del futuro. Está en el negocio del presente que no ha sido aprovechado en la región. Oviedo lo explica en tres pasos.

El primero es que ya se cuenta con riqueza de recurso natural listo para ser explotado mediante un fideicomiso que requiere inversionistas.
El litio es el que mejor se vende.
Mientras que las sales obtenidas son commodities de menor precio (se venden desde 25 dólares la tonelada de sal común), el precio del litio se cotiza hasta en 20 mil dólares la tonelada.
De acuerdo a estudios geológicos apoyados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y LEDSS, en Cerro Prieto se extraen cada año 2 millones de toneladas de diferentes sales durante los procesos de explotación de la geotérmica, y se podrían obtener hasta 40 mil toneladas de cloruro de litio.
En segundo lugar, el sueño que tuvo Oviedo hace 40 años ya existe. En los últimos cinco años, ha desarrollado procesos limpios para la explotación sustentable.
Resultado de lo anterior es el Plan Nacional Zonárida, proyecto estratégico de la Agenda de Innovación de Baja California, apoyado por el Inadem y el Programa de Estímulos a la Innovación del Conacyt 2015, 2017.
Diseñado por investigadores y mineros, el plan pretende el desarrollo sustentable de las zonas áridas y semiáridas del territorio nacional.
El Plan Nacional Zonárida fue nombrado estratégico, prioritario y mitigador de los mayores riesgos a la seguridad nacional por el Senado de la República, a solicitud de los senadores Ernesto Ruffo Appel y Francisco Salvador López Brito.
Además fue dictaminado por la comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales que preside la Senadora Ninfa Salinas, donde se obtuvo una minuta que insta al ejecutivo, representado por Enrique Peña Nieto, a apoyar el plan.
En Baja California, el entonces diputado local, Marco Antonio Novelo, solicitó al gobernador Francisco Vega de Lamadrid, la inclusión del Plan Estatal Zonárida en el presupuesto de egresos y apoyar su implementación.
En el marco del plan, Oviedo pretende explotar la mina, pero además busca que con lo extraído se produzca en la región.
Oviedo quiere hacer una integración vertical a partir de la mina.
“Se trata de tener una salida para las materias primas, llegar a unos productos intermedios, desarrollar un producto final y llegar al desarrollo urbano integralmente sustentable de Baja California”, dice.
El tercer paso del plan es levantar el capital necesario para explotar la concesión minera. Pero no se busca cualquier capital, sino principalmente el mexicano, para que la región se enriquezca.
El sector minero en el país sufre una “contracción drástica en la inversión”, reconoce el académico Cabuto.
En 2012, México invertía 1,166 millones de dólares en la minería y para el 2016 la cantidad se redujo a 428 millones de dólares. Solo una tercera parte de lo que se invirtió hace cinco años.
Según datos oficiales del 2016, Baja California tiene una producción minera valuada en 2,610 millones de pesos, y se posiciona en el número 15 de los estados de México.
“La minería siempre es una inversión de riesgo, pero cuando se lleva de manera bien estudiada y analizada, da muy buenos frutos”, dice Juan Cabuto.
El capital que Oviedo busca levantar en Baja California se puede destinar directamente a la concesión minera o a las industrias que se generarán con la cadena vertical.
Esto no solo invita a la exploración y explotación, sino al desarrollo de industrias en torno a los insumos obtenidos de la mina.

“La idea es que se desarrolle un clúster a través de la explotación salina de Cerro Prieto”, dice.
El plan del director de LEDSS va de la mano con las ideas de expertos en la industria aeroespacial, un clúster consolidado en Baja California, y que considera al proyecto de explotación del litio como una oportunidad.
Ricardo Domínguez, Director de la Comisión de Normatividad, Certificación y Asuntos Gubernamentales del clúster aeroespacial, propone que se aproveche la tendencia para invertir en el desarrollo de aleaciones, y fabricar en Baja California baterías de litio para componentes electrónicos y de movilidad.
“La región se volvería un área sumamente atractiva con un enfoque de desarrollo de aleaciones de litio, para que pudiera ser utilizado sobre todo en la aplicación automotriz para todos los nuevos autos eléctricos”, dice.
Domínguez explica que de nada sirve tener una concesión de mina en Cerro Prieto, para la explotación de materia prima y la posterior exportación del litio, si esto significara tener que comprar los derivados del metal ya procesado.
“Sería mucho más interesante que esa mina estuviera acompañada por esfuerzos de fabricación de aleaciones y entonces poder ofrecer al mundo, no solo a Estados Unidos, componentes básicos ya preparados que podrían servir como incentivo económico.”, dice Domínguez.
Y Eduardo Oviedo piensa lo mismo. No podemos seguir siendo un país de explotadores sino que debemos pasar a ser también desarrolladores de productos finales, como las baterías.
La materia prima debe ser la base para la industrialización de la zona.
“No se trata de mandar y que otros desarrollen. Se trata de que nosotros explotemos y desarrollemos. Que se queden aquí las utilidades para generar una riqueza generalizada”, dice.