MI ESPOSA entró a hurtadillas en la sala de su padre, en la unidad de cuidado paliativo, donde lo trataban de cáncer en el verano de 2006. Las horas de visita estaban por terminar. La mayoría de los familiares y amigos se habían marchado ese día, por lo que el área estaba silenciosa. Mi esposa se sentó junto a su padre, y hablaron en voz baja. “No quiero morir”, dijo él. “Es muy bonito estar sentado aquí contigo, charlando”.
Pero, poco después, él murió. Ello le rompió el corazón a mi esposa. Ella todavía derrama lágrimas por un padre a quien siempre llamó cuando ella necesitaba un consejo, quien dio su discurso como padre de la novia cuando solo le quedaban meses de vida.
Pensé en mi suegro, y su incansable anhelo de seguir vivo, cuando el personal de Newsweek recopiló nuestra edición anual sobre la lucha contra el cáncer. Este año nos hemos enfocado en la gente que llamamos “rebeldes del cáncer”: las mujeres, hombres e incluso niños que desdeñan los convencionalismos, y quienes se niegan a sucumbir ante la enfermedad. Un rebelde es un científico que desafía, justamente, el entendimiento científico prevaleciente sobre la enfermedad y su tratamiento; otro es un paciente dedicado a ayudar a otros pacientes a tener acceso a pruebas clínicas innovadoras que, aun cuando son riesgosas, podrían prolongar sus vidas. Otros, resistiéndose a ceder ante la devastación que el tratamiento del cáncer trajo a sus vidas sexuales, reclaman una dicha primordial y se niegan a quedarse callados en lo que muy a menudo ha sido un tema tabú. Algunos dicen: al diablo con la ley y la ortodoxia médica, y les dan a sus bebés enfermos marihuana medicinal.
“Los oncólogos como yo hemos fallado”, dice un eminente especialista a Newsweek. “En realidad, no hemos tenido un gran impacto contra esta horrible enfermedad”. Eso tal vez sea muy duro —médicos e investigadores han dado pasos enormes—, pero para mucha gente que vive con la enfermedad o trabaja para derrotarla, el abismo entre donde estamos y donde queremos estar exige que probemos nuevos enfoques y rechazar el statu quo. No puedo pensar en algo bueno que decir sobre el cáncer. Pero lo que sigue son algunas historias maravillosas sobre la gente que se rebeló contra el mal.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek