El día D ha llegado y los electores mexicanos acuden a las urnas bajo la encomienda de elegir a 328 servidores públicos en Estado de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz. Los tres primeros estados están bajo control del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y dos de ellos —Edomex y Coahuila— nunca han tenido alternancia política.
La jornada electoral de este domingo 4 de junio se visualiza como un “laboratorio electoral” rumbo al 2018, año en el que se renovará la Presidencia mexicana.
Los cerca de 20 millones de electores de estas entidades elegirán hoy a tres gobernadores, 270 alcaldes y 55 diputados luego de participar de unas controvertidas campañas caracterizadas por acusaciones de corrupción entre los principales contendientes y sus escasas propuestas de gobierno.
Las cuatro entidades federativas que celebran comicios suman casi el 18 por ciento de la economía nacional, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Estos estados agrupan además a 14 millones de mexicanos que viven en condiciones de pobreza, conforme cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Su deuda pública asciende en conjunto al 24 por ciento de la nacional, según cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Edomex, la joya de la corona electoral
Los aspirantes a los puestos públicos se han valido de campañas de desprestigio y escándalos para colocarse en plazas clave del poder. Entre ellos, el Estado de México, la joya de la corona electoral y cuna política del grupo Atlacomulco, de donde surgió el presidente Enrique Peña Nieto.
Los resultados de las elecciones en el Edomex adquieren relevancia no solo por ser la entidad más poblada del país, con más de 16 millones de habitantes y donde 11 millones de electores están llamados a acudir a las urnas este domingo, sino por ser uno de los últimos bastiones priistas, conformado por la élite de Atlacomulco de donde emerge Alfredo del Mazo.
El Revolucionario Institucional podría perder este estado que ha gobernado por más de 80 años. De ser el caso, más que una gubernatura bajo el dominio tricolor se perdería; y es que el Edomex concentra el 15 por ciento de los electores en el país, un porcentaje significativo de cara a los comicios presidenciales. Diversas encuestas prevén un encuentro reñido entre el priista Alfredo del Mazo y la aspirante del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) Delfina Gómez.
El proceso electoral en esta entidad ha revelado la imposibilidad de construir una alianza más amplia entre los partidos de izquierda para el año entrante. Ello a raíz de las diferencias que surgieron entre el candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Juan Zepeda, y la dirigencia de Morena cuyo líder máximo es Andrés Manuel López Obrador. Zepeda despuntó ante la sorpresa de su propio partido y, posteriormente, se negó a declinar su candidatura a favor de Delfina Gómez, lo que acentúo la discordia entre entre el PRD y Morena.
Por el contrario, Josefina Vázquez Mota, candidata del Partido Acción Nacional (PAN) tuvo un notorio descenso en las preferencias con una campaña que estuvo empañada por escándalos de corrupción que también salpicaron a su familia.
Coahuila y el fantasma del Moreirato
En Coahuila se disputan además de la gubernatura, el Congreso local y 38 presidencias municipales. El principal reto que enfrentará el próximo gobierno será la herencia del “Moreirato” ya que la entidad se ha mantenido como una de las más endeudadas del país durante los once años de control de los hermanos Humberto y Rubén Moreira, además de la deuda con el amplio número de personas empobrecidas, prevalece la deuda de justicia para las víctimas de la violencia descomunal de ese estado.
En la entidad llamada a convertirse en el centro neurálgico de disputa por los energéticos, en esta contienda electoral está en juego un negocio de miles de millones de dólares que aguarda el futuro inmediato.
La dinastía de los Moreira podría extenderse si el candidato del PRI, Miguel Ángel Riquelme, gana la silla del Ejecutivo estatal pues en su paso por los diferentes cargos de la administración pública de Coahuila ha sido un importante operador político de la región de la Laguna durante las campañas electorales de los hermanos Moreira.
Guillermo Anaya Llamas, exalcalde de Torreón, exdiputado y exsenador, contiende por segunda ocasión por la gubernatura del estado de Coahuila, con un buen desempeño durante la campaña pese a los señalamientos que lo vinculan con el crimen organizado.
Con un perfil más bajo que sus contrincantes está Armando Guadiana Tijerina, el candidato de Morena, conocido por su actividades empresariales en el estado —en especial las de la industria minera— y por señalamientos sobre una presunta colusión con el crimen.
Nayarit, bajo la sombra del narco
Los escándalos del gobernador saliente Roberto Sandoval, entre los que se encuentran la detención de su compadre, el fiscal Edgar Veytia bajo acusaciones de conspiración para producir, transportar y distribuir droga; y una denuncia interpuesta por políticos de oposición y activistas por enriquecimiento inexplicable podrían costarle al PRI otra gubernatura.
En 2011, Nayarit se ubicaba entre los estados con altos índices de violencia. De la noche a la mañana, a partir de que el priista Roberto Sandoval Castañeda llegó a la gubernatura, cesaron las balaceras y disminuyeron los homicidios y secuestros. La forma en que se construyó esa paz ha ido revelándose a partir de marzo de 2017, tras el arresto por narcotráfico en Estados Unidos de Edgar Veytia Campero, el entonces fiscal del estado.
El abanderado priista, Manuel Humberto Cota Jiménez ha sido regidor, diputado local, alcalde, diputado federal y más recientemente senador. Sin embargo, tras los escándalos que han ensombrecido su campaña, el panista Antonio Echevarría García, se ha convertido en su principal adversario aun cuando su trayectoria ha sido exclusivamente empresarial y no cuenta con experiencia en el sector público.
Aunque su postulación no alcanzó los niveles de preferencias en los electores para convertirse en una verdadera competencia, el independiente Hilario Ramírez Villanueva, fue quizá el candidato más controvertido del proceso electoral en Nayarit. Con su estilo pedestre, “Layín”, como también se le conoce, ha gobernado en dos ocasiones el municipio de San Blas. El éxito lo ha encontrado bajo la fórmula de una especie de populismo materializado en ostentosas fiestas, rifas de autos y en la entrega de dinero en efectivo, y mediante un discurso dirigido a los más pobres del estado.
Veracruz, entre la violencia y la corrupción
Los veracruzanos votan este domingo por la renovación de 212 ayuntamientos, tras una contienda política que estuvo protagonizada por Eva Cadena, excandidata de Las Choapas por Morena, quien fue exhibida en una serie de videos recibiendo fajos de billetes que sumaban un monto millonario que supuestamente serían para el dirigente nacional de ese partido, Andrés Manuel López Obrador.
Veracruz, por primera vez en su historia, es gobernado por otra fuerza política distinta al PRI. Con el triunfo de Miguel Ángel Yunes Linares en 2016 se consolidó la alternancia, pero el estado aún está lejos de alcanzar niveles óptimos de paz y estabilidad económica.
Aunque analistas apuntan a que el panorama será desfavorable para el PRI, después de los escándalos de corrupción del exgobernador Javier Duarte, quien ahora está preso en una cárcel de Guatemala por desvío de recursos, también es un termómetro para medir los niveles de aceptación de los veracruzanos sobre el gobierno de Yunes, quien durante el periodo de campañas se montó en diversas controversias y disputas con Andrés Manuel López Obrador.