La Operación Lava Jato, lanzada en 2014, la cual ha llevado a la cárcel a decenas de encumbrados empresarios y a políticos brasileños de primer nivel tiene contra las cuerdas al presidente Michel Temer, quien hace un año llegó al poder tras el impeachment de Dilma Rousseff, acusada de manipular las cuentas públicas. Ahora, el mandatario es investigado oficialmente por el mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil tras darse a conocer que habría avalado un esquema de pago de sobornos, acusación que ha desestimado al afirmar en una conferencia de prensa que no renunciará.
El Tribunal Supremo de Brasil ha confirmado este día la apertura de una investigación a Temer por supuesta obstrucción a la justicia después de que el contenido de una grabación a la que tuvo acceso O Globo revelara cómo el mandatario avaló el presunto pago de sobornos que realizará Joesley Batista, uno de los dueños del grupo que controla el frigorífico JBS, líder mundial de la producción de carnes, para mantener en silencio al expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, encarcelado en el marco de las investigaciones de corrupción en Petrobras.
En el encuentro, Batista contó al mandatario que efectuaba pagos a Cunha y a su operador, Lúcio Funaro, también detenido, para mantenerlos callados. Temer habría respondido: “Tienes que mantener eso [los sobornos]”. La grabación aún no ha sido difundida, pero la justicia brasileña ya ha informado que investigará al presidente.
“El presidente Michel Temer jamás solicitó pagos para obtener el silencio del exdiputado Eduardo Cunha. No participó ni autorizó ningún movimiento con el objetivo de evitar delación o colaboración con la justicia por el exparlamentario”, señaló un comunicado de la Presidencia de la República. La nota reconoce que hubo un encuentro con Batista en marzo, pero que no se discutió sobre nada que comprometiese “la conducta” del mandatario.
Temer y Cunha fueron los grandes artífices del impeachment que hace un año sacó del poder a la presidenta Dilma Rousseff. Ahora, la oposición ha presentado un pedido de impeachment contra Michel Temer, el cual ha sido firmado por miembros de su propio partido, el PSDB. En tanto, numerosos brasileños en Brasilia, Sao Paulo y Río de Janeiro han salido a las calles manifestándose contra el mandatario, al tiempo que varias voces en el Congreso pidieron su renuncia.
Tres años después de que la policía irrumpiera en una gasolinera brasileña siguiendo el rastro de negocios ilegales de cambio, la operación “Lava Jato” (lavadero de autos) se ha convertido en uno de los mayores casos de corrupción de la historia, con ramificaciones en decenas de países.
La pista condujo a la estatal Petrobras, donde se reveló una confabulación entre políticos y empresas para desviar dinero público. La constructora Odebrecht exportó luego un esquema similar a América Latina y África.
En base a confesiones de exejecutivos de esa firma, la corte suprema ha abierto investigaciones sobre ocho ministros del gobierno del presidente Michel Temer, 29 senadores, al menos 40 diputados y tres gobernadores. Este proceso histórico alcanza a los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado y a cuatro exmandatarios.