Tijuana está saturada de autos y transitarla se ha vuelto para muchos una molestia.
Más cerca de metrópolis como Los Ángeles que de la Ciudad de México, Tijuana crece cada año gracias a la migración atraída por los Estados Unidos.
De hecho un estudio del Instituto de Políticas de Transporte y Desarrollo publicado en 2012, ya daba cuenta que Tijuana tiene niveles Kilómetro-Vehículo Recorridos, —un indicador que mide tráfico y crecimiento—como los de Nueva York.
Tijuana tiene una de las tasas de motorización más altas de México, con .33 autos por habitante y solo rebasada por Mexicali, de acuerdo al Reporte Nacional de Movilidad Urbana en México 2014-2015.
Con todo y esa dinámica, hay una tendencia por construir en vertical. El desarrollo de vivienda en torres preocupa a residentes de la llamada zona dorada de Tijuana, colonias céntricas y de mayor plusvalía.
Pero académicos, políticos e inversionistas opinan distinto. Apuestan por una densificación ordenada y con ello convertir a Tijuana en una ciudad compacta, donde un plan de movilidad resuelva problemas urbanos como el de tráfico.
“Nuestra visión como empresa es que no se debe de frenar el desarrollo, sino se debe de preparar para recibirlo”, dice Héctor Bustamante, director de Bustamante Realty Group.
Densificación urbana es un término de la arquitectura moderna que engloba múltiples soluciones para que la ciudad crezca en su interior y sea más equitativa y sustentable.
Hoy el transporte de la ciudad es uno de los servicios públicos más deficientes y sin embargo, Tijuana se mueve. A diario, 1.2 millones de personas se trasladan en taxi o autobús.
Tito Alegría, investigador de estudios urbanos y medio ambiente para el Colegio de la Frontera Norte (El Colef), indica que el sistema de transporte público se planeó débilmente por el gobierno local.
Y aunque hoy pagamos las consecuencias de esa planeación, el gobierno ha echado a andar un servicio que llamó Sistema Integral de Transporte de Tijuana (SITT), como una apuesta por convertirse en la luz al final del túnel para movilizar a sus ciudadanos.
El SITT es quizá el primer avance del transporte público para que la densificación de Tijuana sea una realidad funcional.
“Vamos viviendo más cerquita en vez de irnos tan lejos”, recomienda Fausto Armenta, director del SITT. “Lo estratégico no es cómo hacemos los movimientos sino cómo vamos a lograr que haya menos”.
Esta es la apuesta que por años ha hecho un sector inmobiliario de Tijuana. El desarrollo vertical en las zonas Centro, Río, Chapultepec, Cacho y Gabilondo, son muestra de la densificación que permitiría compactar la ciudad y eficientar el uso de la tierra.
Héctor Bustamante dice que hoy se puede vivir bien en un condominio, algo impensable hace cinco años. “Estamos cambiando paradigmas”.
Hoy en la zona dorada se construyen más de 1,000 condominios de 50 proyectos inmobiliarios.
Pero para que la gente que habite esos condominios tenga una calidad de vida óptima, la movilidad juega un papel protagónico.
La movilidad urbana no sólo se ocupa del transporte público, sino también de mercancías, peatones, ciclistas y el transporte privado.
El Observatorio de Movilidad Urbana para América Latina (CAF) la califica como un asunto determinante para la productividad económica y la calidad de vida de cualquier ciudad.
Algunos tijuanenses destinan hasta dos horas y media al día en traslados porque viven lejos de sus trabajos y el transporte que ofrece Tijuana es deficiente, por usar un eufemismo.
“La mayoría de las ocasiones son groseros o prepotentes”, opina sobre los transportistas el artista visual Paúl Martín del Campo.
Su motivación por cuidar el medio ambiente es superior a su molestia. “Es importante aprender a sacarle el máximo provecho al sistema de transporte público de cualquier ciudad”.
La arquitecta urbanista Edmhee Barrera utiliza cuatro rutas para ir de su casa al trabajo, y viceversa.
Ella valora el transporte público porque le permite vivir sin el estrés que implica conducir. “Si fuera manejando siento que iría frustrada”, dice.
El SITT es también el proyecto que a largo plazo reemplazará el transporte decimonónico que todavía hoy mueve a usuarios como Edmhee y Paúl porque decidieron no usar auto propio.
Sin tener clara la fecha para concretar la primera etapa, Armenta explica que contará con 60 autobuses troncales circulando por las vialidades principales y otros 120 en rutas alimentadoras para trasladar 120 mil personas diarias.
La Tijuana densificada, con movilidad eficiente de personas y mercancías que ven gobiernos empresarios y urbanistas es todavía un sueño, pero los avances de los tres sectores son una realidad.
El gobierno ha iniciado el SITT, los desarrolladores invierten capital en proyectos de vivienda vertical con uso mixto y la academia estudia cómo debe desarrollarse la región.
El problema sustancial es que los tres no se han sentado a la mesa para avanzar en movilidad, el santo grial de las ciudades del futuro.
Ni desarrolladores con el gobierno, ni el gobierno con la academia.
Fausto Armenta dice que hay una iniciativa para desarrollar un Plan Integral de Movilidad Sustentable, pero Tito Alegría dice que los investigadores del ramo no han sido invitados a colaborar en algún estudio de movilidad.
El director del SITT sostiene que los desarrolladores no se han preocupado por el transporte público y la infraestructura que requiere.
“Todos juntos tenemos que trabajar para crear la infraestructura para estos proyectos”, dice el empresario inmobiliario Héctor Bustamante.
“El vehículo generó una expansión urbana en todos lados. Hoy día estamos pagando la factura de esa expansión”, explica el director del SITT. “Se requiere entender a Tijuana de manera distinta”.
Un paso para transformar Tijuana, dice el empresario Bustamante, es que la ciudadanía decida no usar automóvil, aunque para eso se requiere de un mejor sistema de transporte.
“En cinco años veremos un cambio en la cultura donde más gente usará el transporte público, pero es cuestión de tener paciencia y seguir trabajando”, considera Bustamante.
Esto es posible.
Ciudades como Medellín, Colombia y Santiago de Chile, ya lograron que la gente use el transporte público y el traslado sustentable en bicicletas y a pie, gracias a planes de movilidad bien ejecutados.