SOFÍA NIÑO DE RIVERA era redactora en una agencia de publicidad. Un día ingresó a estudiar en un taller de Clown en el Foro Shakespeare de la Ciudad de México y, paulatinamente, su trabajo dejó de gustarle. En ese momento decidió que sería comediante de stand up, y para conseguirlo renunció a su empleo y vendió su auto para tener fondos.
Su carrera despegó poco a poco, pero en los últimos tiempos su ascenso ha sido vertiginoso. Hace unos meses, su espectáculo Sofía Niño de Rivera: expuesta fue grabado en vivo en el teatro Degollado de Guadalajara; hace tan sólo unas semanas Netflix lo puso al aire. Entre uno y otro evento, fue invitada a un encuentro de emprendedores de internet que tuvo lugar en la residencia de Los Pinos y fue presidido por Enrique Peña Nieto. Unos días más tarde, la actriz y comediante subió a YouTube un video en el que relató dicho encuentro y finalizó diciendo: “No me dio orgullo conocer al presidente”. El video se volvió viral y ella fue objeto felicitaciones y ataques. ¿Por qué lo hizo? “Pienso que el comediante siempre debe ser honesto, y eso fue lo que hice”.
—¿Cuándo fue la última vez que hiciste un chiste del que nadie se rió?
—No cuento chistes, no me sé chistes, vaya, pero que haya probado material que no funcione, la última vez creo que fue ayer, lo hago muy seguido. Cuando estás probando material nuevo puede que algo no caiga.
—¿Cómo encuentras tu nicho y te conviertes en un referente dentro del stand up?
—No sabía qué iba a pasar, no entré en esto pensando que iba a suceder todo lo que sucedió. Yo empecé a hacer cosas que a mí me daban risa, de las que yo estaría orgullosa y las empecé a compartir y la gente me empezó a seguir, pero fue más sin querer que premeditado. Yo hago lo que creo que a mí me gusta, y si le gusta a la gente, ¡qué bendición!
—¿Esperabas lo que pasó?
—Para nada. Y ahora después de lo Netflix tampoco me esperaba nada.
—¿Y cómo lo vives?
—Me da mucha felicidad, pero ahora estoy muy presionada porque tengo que hacer una hora completa, nueva, de material. Y eso toma tiempo.
—¿Eres tímida?
—No, soy seria.
—¿Y no es una paradoja?
—No, los comediantes son muy serios. Todo el mundo piensa que los comediantes estamos todo el tiempo riendo, pero no es cierto. Somos bastante introvertidos casi todos.
—¿Y por qué eres introvertida?
—Porque vivimos de nuestra cabeza y todo el tiempo estamos observando, escribiendo y burlándonos de la vida. Y no somos personal normales, evidentemente: nadie normal se sube a un escenario a ser así de vulnerable.
—¿A qué te refieres con ser vulnerable?
—Cuando te subes al escenario te subes a que te juzguen, a que juzguen si tu trabajo vale la pena. Y juzgan todo el tiempo lo que estás haciendo. No hay más vulnerabilidad que esa.
LA CITA: “Todo el mundo piensa que los comediantes estamos todo el tiempo riendo, pero no es cierto. Somos bastante introvertidos”. Foto: Especial.
—¿La última vez que te sentiste fatal en un escenario?
—No fue hace mucho. Me pasa muy seguido porque siempre tienes cierta expectativa de cómo te va a ir. Yo soy muy estricta con mi material. Entonces, si no me va espectacular, me digo: “Esto está horrible, no lo vuelvo a hacer”. Pero el que hace stand upfracasa constantemente, entonces te vas a enamorando del fracaso y lo vas usando a tu favor.
—¿Lo último que harías si fueras a morir mañana?
—Afortunadamente pienso eso mucho, entonces ni siquiera me tengo que tomar tanto tiempo, pero lo he pensado más como si fuera el fin del mundo… lo que haría es salir corriendo desnuda por la calle.
—¿Cómo Lady Godiva?
—Sí, pero a mí no me importaría que me vieran.
—¿A qué comediantes admiras?
—Hay un comediante que se llama Eddie Izzard, es inglés, que me parece brillante. Y a Eddie Murphie que cuando lo vi me inspiró mucho.
—¿Algún mexicano?
—Carlos Ballarta es el que más me sorprende por la pluma que tiene.
—¿Hacer comedia de stand up es un oficio solitario?
—Sí, es muy solitario. Steve Martin alguna vez lo dijo en un libro que escribió que se llama Born Standing Up: A Comic’s Life… decía que es un profesión muy cruel en el sentido de que estás arriba de un escenario con 14 000 personas viéndote, haciéndolas reír, y después te vas a tu cuarto de hotel, solo, porque estás de gira.