De acuerdo con el gobierno, el ataque al helicóptero Cougar de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que dejó 6 militares muertos ocurrió la mañana del viernes en pleno lanzamiento de una operación militar en la región de Jalisco para desarticular al pujante cártel Jalisco Nueva Generación, que llevaba semanas perpetrando graves ataques contra autoridades.
Cuatro helicópteros, dos de ellos militares y dos de la policía federal, localizaron en un camino de tierra al pie de un cerro, en el municipio de Villa Purificación, un convoy de camionetas que transitaban con las luces apagadas y cargadas con hombres armados.
El Cougar derribado, que iba en cabeza, recibió un impacto en el rotor de cola cuando estaba haciendo una maniobra de aproximación, explicó Monte Alejandro Rubido, titular de la Comisión Nacional de Seguridad.
El comisionado confirmó que el arma usada por los narcotraficantes fue un lanzacohetes RPG, lo cual “demuestra la capacidad de fuego de este grupo”.
“Es la primera vez que tiran un helicóptero de este tamaño” en México, reconoció el funcionario.
Ha habido graves ataques a autoridades en los últimos años, incluidos coches bomba, pero “esto fue en otra dimensión”, admitió.
Una camioneta negra con un blindaje especial y adaptada por los propios narcotraficantes, que iba al final del convoy, traía en la parte trasera una torreta para montar armamento pesado.
Después del derribo, los pistoleros descendieron de las camionetas con la presumible intención de atacar a los tripulantes de la aeronave y entonces “es cuando los helicópteros repelen la agresión”, indicó Rubido.
Pobladores del lugar narraron que las ráfagas de los helicópteros duraron cerca de dos horas sobre una planicie y un pequeño cerro ubicados al lado del camino de tierra, un lugar de tupida vegetación donde los pistoleros se pertrecharon y respondían con sus armas.