El empresario Alix Didier Fils-Aimé se convirtió este lunes en el nuevo primer ministro de Haití prometiendo “paz” y “seguridad” para ese convulso país caribeño, que en la misma jornada fue escenario de un ataque armado a un avión de pasajeros que tuvo que desviarse de la capital.
Fils-Aimé, de 52 años, fue investido en una ceremonia celebrada en Puerto Príncipe en lugar de Garry Conille, destituido el fin de semana por el consejo presidencial de transición apenas unos cinco meses después de llegar al cargo y tras una pugna por el control del gobierno.
En su primer discurso, el primer ministro Fils-Aimé prometió dedicar toda su energía para salvar a un país devastado por la violencia de las pandillas.
“La primera tarea imprescindible y que condiciona el éxito de la transición es el restablecimiento de la seguridad”, declaró. “El pueblo haitiano merece la paz, la estabilidad y un desarrollo sostenible”.
El cambio de primer ministro abre un nuevo periodo de incertidumbre en la nación caribeña, que no ha tenido ningún dirigente electo desde el asesinato de Jovenel Moise en 2021, y que lleva décadas sufriendo la violencia pandillera, la pobreza y la inestabilidad política.
Tiroteo y cierre temporal del aeropuerto
Al menos dos aerolíneas estadounidenses suspendieron este lunes sus vuelos a Haití después de que un avión fuera atacado a tiros por bandas armadas, en medio de la creciente ola de violencia que afecta al país caribeño y en una jornada marcada por la destitución del primer ministro.
Durante el día, un avión de Spirit Airlines, que viajaba desde Florida, sufrió un ataque, lo que obligó al piloto a desviar la aeronave hacia el aeropuerto más cercano en la República Dominicana. Posteriormente, tanto Spirit como JetBlue anunciaron la suspensión de sus vuelos a Puerto Príncipe y Cabo Haitiano (norte) hasta nuevo aviso, según informó el portal de noticias haitiano Rezo Nodwes.
Fuentes citadas por CNN indicaron que uno de los empleados de la aerolínea resultó con heridas leves y fue atendido por el personal médico. Tras el aterrizaje en territorio dominicano, una inspección de la aeronave reveló daños consistentes con disparos.
Una misión internacional ineficaz
Una fuerza internacional, apoyada por la ONU y financiada en gran parte por Washington, empezó a desplegarse este verano para ayudar a la policía haitiana en su lucha contra las pandillas.
Pero meses después de la llegada de sus primeros integrantes, esa misión tarda en obtener resultados visibles frente a unas bandas bien armadas y organizadas.
Según un informe reciente de la ONU, entre enero y junio de 2024, hubo más de 3.600 homicidios y 1.100 secuestros en Haití.
El documento de Naciones Unidas indica, además, que las pandillas adaptaron sus acciones al despliegue de la fuerza internacional, compuesta por unos 400 policías y militares, en su mayoría kenianos.
La violencia obligó a más de 700.000 personas -la mitad de ellas niños- a abandonar sus hogares, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).