Representantes del gobierno de El Salvador han sostenidos reuniones con autoridades comerciales de los Estados Unidos para abordar el aumento de aranceles, reveló la ministra salvadoreña de Economía, María Luisa Hayem.
La funcionaria dijo en una entrevista con el canal 10 que los acercamientos se produjeron después de la reunión sostenida en la Casa Blanca entre los presidentes Nayib Bukele y Donald Trump, el 15 de abril pasado.
Reveló que un equipo del gobierno salvadoreño está cargo de los “temas conversados” durante las reuniones con el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, y la Agencia de Comercio y Desarrollo de los Estados Unidos (USTDA).
“Es un trabajo técnico, que ya está encaminado, nuevamente con una gran apertura para poder dialogar”, indicó.
Hayem precisó que hay avances “no solo en el corto plazo y en temas coyunturales, sino un compromiso de poder continuar trabajando ahora de una manera más cercana en la parte económica”.
Detalló que en las reuniones bilaterales se abordaron dos temas: Uno relacionado con la imposición de un arancel del 10 % base a El Salvador por parte de EEUU y, el otro, con los mecanismos sobre “cómo El Salvador cada vez más se integra en esas cadenas de valor en productos que son importantes para el consumo de Estados Unidos”.
No quiso confirmar si el gobierno salvadoreño ha pedido un trato preferencial a EEUU para que retire el arancel, pero afirmó que “El Salvador es uno de esos países privilegiados en los cuales las tarifas es el mínimo”.
De los países de la región, la gran mayoría recibió el arancel mínimo fijado por Trump: 10%.
Se trata de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.
La excepción son Nicaragua, con 18%, y Venezuela, con 15%.
Si bien en general a los países al sur de la frontera norteamericana fueron castigados por Trump con sobretasas del 10 por ciento, en circunstancias desfavorables y en un contexto económico internacional volátil, eso puede bastar para echar por tierra años de progresos sociales en países con finanzas inestables.