La cifra de sismos registrados en la zona oriental de El Salvador se elevó a más de 1050 la madrugada de este sábado, después de que un temblor de magnitud 5,8 sacudió dicha zona sin dejar víctimas el 8 de diciembre, pero sí decenas de viviendas dañadas, se informó oficialmente.
El Ministerio de Medio Ambiente dijo que, en localidad oriental de Conchagua, a más de 206 kilómetros al este de la capital de El Salvador, han ocurrido 1050 réplicas, de las cuales 162 han sido sentidas por la población.
Una evaluación de los daños, publicada el jueves, indica que al menos ocho viviendas habían resultado destruidas y otras 40 fueron declaradas no habitables.
El subdirector de Protección Civil, Fermín Pérez, detalló en una entrevista por televisión que “tenemos registro de ocho viviendas destruidas, 40 no habitables que obedecen a que tienen daños y que al continuar el movimiento sísmico pueden generar mayor afectación, hay otras con daños menores que son 98”.
El funcionario explicó que “los daños obedecen a las condiciones físicas, sobre qué materiales se han construido las viviendas y eso los hace más frágiles”.
Sin embargo, la totalidad de viviendas con daños de diversa consideración se elevaría a180, según reportes de la alcaldía del lugar, cuyos funcionarios hicieron un recuento detallado.
El ministro de Medio Ambiente, Fernando López, negó que el enjambre sísmico sea de origen volcánico y atribuyó el fenómeno a la activación de las placas tectónicas.
“Recordemos que estamos en el Cinturón de Fuego, compartimos condiciones con la costa pacífica, tenemos la línea de volcanes que viene desde México. Además, está el choque de placas tectónicas”, dijo el ministro.
Agregó que el sismo principal del domingo habría activado las fallas geológicas locales en Conchagua “y por eso sigue temblando”.
“Es una sismicidad por fallas locales, no es de origen volcánico. Un sismo de magnitud media o fuerte puede causar esto”, aseguró.
Mientras esto sucede, los habitantes de los lugares afectados afirman que, además de los daños materiales, están afrontando afectaciones nerviosas e incertidumbre por no poder dormir en sus casas con seguridad.