España intentó este viernes calmar la guerra verbal con Venezuela, con las relaciones entre ambos países casi al borde de la ruptura después de que Caracas llamara a consultas a su embajador.
El ministro de Asuntos Exteriores de Venezuela, Yvan Gil, convocó el viernes al embajador español allí a una reunión después de ordenar al enviado de su país en España que regresara al país para “consultas”.
El nuevo estallido se produjo después de que la ministra de Defensa de España, Margarita Robles, calificara el jueves de “dictadura” al gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro y expresara su apoyo a “los venezolanos que tuvieron que abandonar su país” debido a su régimen.
Gil calificó los comentarios de “groseros e insolentes”.
Caracas también se mostró enojada por la decisión del primer ministro español, Pedro Sánchez, de reunirse más temprano ese mismo día con el candidato opositor venezolano, Edmundo González Urrutia.
Huyó a España el domingo y solicitó asilo.
La reunión se produjo apenas horas después de que el jefe del parlamento venezolano pidiera cortar los lazos con Madrid.
Pero Madrid intentó enfriar la retórica el viernes insistiendo en que era el derecho de Venezuela ejercer su “decisión soberana”.
“He llamado a consultas a embajadores en varias ocasiones, el llamado a consultas es una decisión soberana de cada Estado”, insistió el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.
“Estamos trabajando para tener las mejores relaciones posibles con nuestros primos fraternales en Venezuela”, dijo a la radio pública.
Madrid ha estado en desacuerdo con su antigua colonia desde las disputadas elecciones presidenciales celebradas allí en julio, en las que los legisladores españoles votaron para instar al gobierno de Sánchez a reconocer a González Urrutia como el “legítimo ganador” de las elecciones que Maduro afirma haber ganado a pesar del escepticismo internacional.
España apoya la “democracia”
Sánchez publicó un video en X que lo muestra caminando por los jardines de su residencia oficial junto a González Urrutia y la hija del opositor, Carolina González, quien vive en España.
“España sigue trabajando a favor de la democracia, del diálogo y de los derechos fundamentales del hermano pueblo venezolano”, escribió, añadiendo que daba “una cálida bienvenida a nuestro país a Edmundo González Urrutia”.
El hombre de 75 años se escondió después de las elecciones del 28 de julio que la oposición insiste en que ganó y Maduro ordenó su arresto.
Estados Unidos anunció el jueves nuevas sanciones contra 16 funcionarios venezolanos, incluidos algunos de la autoridad electoral, por impedir “un proceso electoral transparente” y no publicar resultados “precisos”.
Poco después, Venezuela emitió un comunicado denunciando las sanciones como un “crimen de agresión”.
EEUU ha reconocido a González Urrutia como ganador de las elecciones.
Hasta ahora, sin embargo, España y otros países de la Unión Europea se han limitado a negarse a aceptar a Maduro como vencedor y a pedir al gobierno venezolano que publique las actas de escrutinio.
“Desde el punto de vista político, el Gobierno español ha sido claro desde que se organizaron las elecciones”, dijo Sánchez el miércoles.
“Estamos haciendo algo muy importante: trabajar por la unidad en la Unión Europea para que podamos encontrar una salida que refleje la voluntad democrática expresada en las urnas por el pueblo venezolano”.