

Atlixco, Pue. En las calles de la colonia Cabrera, el aire huele a tierra húmeda y a ilusión decembrina. Los tonos escarlata, blanco, rosa y hasta amarillo de la flor de nochebuena vuelven a teñir los viveros de este Pueblo Mágico, donde más de 80 productores locales abrieron sus puertas para recibir a los visitantes que buscan adornar sus hogares con una planta que simboliza el cierre del año y el renacer de la esperanza.
En este 2025, la producción superó los dos millones de ejemplares, una cifra que consolida a Atlixco como uno de los principales centros florícolas del país. Los viveristas aseguran que los precios comienzan en 45 pesos por maceta, aunque varían según el tamaño, que puede ir desde los 13 centímetros hasta grandes presentaciones ornamentales. “Cada una es fruto de meses de cuidado, temperatura controlada y riego preciso”, comenta uno de los productores locales.
Más allá de su valor simbólico, la nochebuena representa una fuente vital de ingresos para más de 250 familias del municipio y comunidades cercanas. El cultivo abarca actualmente 70 hectáreas, y la derrama económica anual supera los 130 millones de pesos, cifra que sostiene la economía local en la antesala de la temporada navideña.
Las plantas se distribuyen principalmente hacia Ciudad de México, Oaxaca, Estado de México e Hidalgo, aunque en años recientes también han llegado hasta Cancún, lo que evidencia la expansión del mercado atlixquense.
En los viveros de Cabrera, los visitantes pueden encontrar hasta 12 variedades distintas de la flor —desde el clásico rojo intenso hasta los matices marmoleados o rosados—, resultado de una tradición que combina técnica agrícola y herencia familiar. Los productores confían en que este año, pese a los desafíos climáticos, las ventas mantendrán su ritmo ascendente.