El gobierno de El Salvador confirmó que dos salvadoreños se encuentran entre las víctimas de un ataque armado perpetrado por el ejército mexicano contra un convoy de migrantes, ocurrido el uno de octubre en el estado de Chiapas.
Al confirmar el hecho en el que murió un total de seis migrantes de diversas nacionalidades, el ministerio salvadoreño de Relaciones Exteriores solicitó al gobierno de México “una investigación exhaustiva del caso y su pronto esclarecimiento de lo sucedido”.
La Cancillería salvadoreña dijo que “ha recibido la confirmación oficial por parte de las autoridades mexicanas del deceso de dos compatriotas en vía cumaltitlán, Chiapas. Se trata de un hombre de 57 años originario de San Vicente y un adolescente que residía en La Libertad”.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, calificó el 3 de octubre como “lamentable” la muerte de seis migrantes a manos del Ejército y consideró que el hecho debe ser “sancionado”.
El incidente, ocurrió durante una persecución por carretera en el sur del estado sureño de Chiapas.
“Tiene que ser investigado y castigados, dijo Sheinbaum, añadiendo que las víctimas eran de Egipto, El Salvador y Perú.
“Una situación como ésta no puede repetirse”, añadió la gobernante mexicana.
La cancillería salvadoreña expresó “sus más profundas condolencias a las familias de las víctimas” y anunció que les está brindando atención consular, apoyo y acompañamiento “de acuerdo con nuestros protocolos de acción en estos casos”.
El Ministerio de Defensa mexicano informó de que los dos soldados que abrieron fuego contra el convoy han sido apartados de sus funciones a la espera de una investigación.
México ha desplegado en los últimos años a los militares para tareas de seguridad ciudadana. Amnistía Internacional acusó en abril a estos efectivos de usar “fuerza innecesaria y excesiva”.