La aerolínea estadounidense de bajo costo Spirit Airlines analiza acogerse al código de bancarrota de EEUU, según una información de The Wall Street Journal.
En el artículo se confirma que Spirit está “en diálogo con sus acreedores sobre las condiciones de una eventual quiebra” luego del fracaso de su compra por su competidora JetBlue Airways.
El grupo, con sede en Fort Lauderdale, Florida, discute “un eventual acuerdo de reestructuración” de deudas en el marco del capítulo 11 de la ley de quiebras, precisó el diario.
La reacción en el mercado derrumbó sus acciones en Wall Street el viernes en más del 26 %, hasta cotizarse en $1.66 por papel.
El capítulo 11 permitiría que la empresa continúe funcionando mientras se reorganiza su pasivo.
En marzo, JetBlue anunció que renunciaba a comprar Spirit Airlines, pocas semanas después de una decisión judicial desfavorable sobre la operación a instancias del Departamento de Justicia.
JetBlue llegó a ofrecer $3,800 millones por Spirit. La operación habría dado lugar a la quinta mayor secadora en Estados Unidos.
Según el artículo, la aerolínea tiene una deuda de más de $3,000 millones y el 31 de octubre de 2024 tiene la obligación de refinanciar más de $1,100 millones en bonos que vencen en 2025.
El CEO de Spirit, Ted Christie, afirmó en una nota al personal que la compañía está implementando un plan integral para competir mejor, fortalecer su balance y retornar a la rentabilidad. Además, indicó que se mantienen en conversaciones con sus acreedores para asegurar el mejor resultado para la empresa.
Un portavoz de Spirit se negó a hacer comentarios sobre un informe de The Wall Street Journal que indicaba que la aerolínea estaba considerando declararse en quiebra. El asesor de Spirit, Perella Weinberg Partners, se negó a hacer comentarios.
Spirit tiene trece años de operar en El Salvador, es la sexta aerolínea con mayor actividad en el país y forma parte de las 14 compañías que conectan a los salvadoreños con 37 ciudades en 14 países diferentes.
Entre las de bajo costo, Spirit es la segunda línea aérea con mayor actividad en el país, después de Volaris El Salvador, según reportes de las autoridades aeroportuarias locales. Se dijo que, al término de 2023, movilizó más de 170,400 pasajeros entre entradas y salidas.