Tanto en la frontera sur de Estados Unidos, principal puerta de entrada de los migrantes, como en muchas ciudades, las autoridades estadounidenses están en alerta ante la presencia de la peligrosa banda venezolana Tren de Aragua (TdA), convertida en arma de los republicanos contra la inmigración.
Esta violenta pandilla “transnacional del crimen”, como la catalogan las autoridades estadounidenses, está vinculada a extorsiones, homicidios, tráfico de drogas a pequeña escala y recientemente al tráfico de migrantes y sexual.
Amparados en la llegada de centenares de miles de solicitantes de asilo venezolanos durante la administración del demócrata Joe Biden, la banda venezolana es blanco del republicano Donald Trump en su discurso antiinmigración para los comicios del 5 de noviembre.
Trump denuncia la llegada al país de “criminales bárbaros” y “asesinos y terroristas” salidos de las cárceles y psiquiátricos de sus países.
Como con los haitianos que se comían las mascotas en la ciudad de Springfield, Ohio, Trump también ha propagado informaciones falsas sobre el supuesto control por parte de “violentas” bandas de edificios en la ciudad de Aurora, Colorado (centro), donde reside una importante comunidad venezolana.
El alcalde, Mike Coffman, desmintió que la TdA se haya “apoderado de la ciudad”. La policía, que ha detenido a ocho individuos de diez identificados pertenecientes a la pandilla venezolana, ha reconocido que hay “integrantes del TdA operando en Aurora” y que la banda está “relacionada con delitos en la zona”, pero son casos “aislados”.
“Aquí hay miembros de la TdA pero no son fuertes”, dice a la AFP Mike Vigil, exjefe de operativos internacionales de la DEA, la agencia antidrogas estadounidense, minimizando su presencia.
“Aunque eso no quiere decir que no sea necesario monitorearlos”, advierte.
“Es puro teatro político”, dice y acusa a Trump de utilizar lo que ocurrió en 1980 cuando el entonces líder de la revolución cubana, Fidel Castro, introdujo a miles de delincuentes entre las 125.000 personas que huyeron de la isla para desacreditar a los exiliados, en lo que se conoció como los “marielitos” por el nombre del puerto de Mariel del que partieron de Cuba.
La administración estadounidense incluyó el pasado julio a la banda en la lista de organizaciones delictivas transnacionales, en la que ya están otras como la Mara Salvatrucha (MS-13) de El Salvador.
Asimismo ofreció 12 millones de dólares por la captura de sus principales líderes, entre ellos, Héctor Rusthenford Guerrero, conocido como “Niño Guerrero” y que se cree está escondido en Colombia.
A mediados de septiembre, el gobierno de Texas, que dirige el republicano Greg Abbot, cercano a Trump, catalogó al TdA de “organización terrorista extranjera”.
Reforzados los controles
Además de los “rigurosos controles de seguridad nacional y seguridad pública” a los que son sometidos los inmigrantes en la frontera, el Departamento de Seguridad Nacional aplica “medidas de control reforzadas” para identificar a miembros conocidos o sospechosos de pertenecer a bandas como la venezolana, aseguran desde el departamento a la AFP.
Según datos de Aduanas y Patrulla de fronteras, en 2023 detuvieron a 41 miembros del TdA y este año a 23.
Este grupo criminal, que contaría con unos 5.000 miembros, extiende sus tentáculos por Sudámérica y Centroamérica, adonde llegaron a la sombra del éxodo de 7,8 millones de venezolanos que en la última década han huido de la crisis económica, la inseguridad y la persecución política en Venezuela.
“Aunque el grupo tiene una presencia significativa en Chile, Perú y Colombia, muchas de sus células llevan nombres distintos sin referencia a la organización principal”, recuerda la ONG estadounidense Insight Crime, que analiza el crimen en la región.
Los inmigrantes ilegales acusados de violar y asesinar a Jocelyn Nungaray, de 12 años, estarían vinculados a la violenta pandilla venezolana Tren de Aragua.
Peña Ramos y Rangel Martínez ingresaron al país de manera ilegal por la frontera sur.
Este grupo criminal ya es… pic.twitter.com/ID7lu7tBN6
— Raymond K. Azar الله (@AzarMaidana) October 2, 2024
“Esto puede ayudar al Tren de Aragua a pasar desapercibido en los países que se están enfrentando a la pandilla”, agrega.
Trump se refiere habitualmente a asesinatos particularmente impactantes, cometidos por inmigrantes llegados ilegalmente al país, pero ni las estadísticas policiales ni los estudios sostienen tales afirmaciones.
En Nueva York, que ha recibido a más de 200.000 inmigrantes desde la primavera de 2022, los homicidios y delitos han caído por octavo mes consecutivo, según datos de septiembre.
¿Cuántos son?
Una decena de senadores republicanos, liderados por el senador Marco Rubio de Florida, vicepresidente del Comité del Senado sobre Inteligencia, escribió el pasado 20 de septiembre al fiscal general Merrick Garland para pedirle una estrategia coordinada para combatir la pandilla y respuestas sobre su presencia en el país.
Mike Vigil asegura que “no se sabe cuántos han podido llegar a Estados Unidos ni dónde operan”. Para luchar contra ellos, dice, es necesaria “la inteligencia para identificar a los miembros e infiltrar a informantes” en sus estructuras, aunque piensa que en Estados Unidos será más difícil que crezcan por la presión policial.
Según el New York Times, funcionarios federales habrían trabajado en más de un centenar de investigaciones relacionadas con esta banda nacida en la cárcel de Tocorón, en el estado venezolano de Aragua (centro-norte), que comenzó a sonar con fuerza hace unos 10 años.