Las rutinas diarias de una significativa mayoría de personas están dominadas por el celular. Según datos revelados por NordVPN, una empresa de ciberseguridad, 83 por ciento de los usuarios de móviles llevan su teléfono a la recámara, mientras que 65 por ciento los utiliza cuando está en el baño.
De 18 países encuestados, México ocupa el cuarto sitio con el mayor uso de teléfonos móviles durante cenas familiares, citas y al sociabilizar en bares, apunta por su parte una encuesta realizada por YouGov sobre la frecuencia con la que se utiliza el celular en diversas situaciones.
Estos datos demuestran lo indispensable que se han convertido el teléfono en las rutinas de los usuarios, lo que tiene consecuencias importantes en la sociabilización y el comportamiento.
A la imposibilidad de separarse del celular se le conoce como nomofobia y consiste en el miedo irracional que siente una persona al no disponer de su móvil. Esta comparte ciertas características con otras adicciones, aunque no se reconoce actualmente como una patología ni un trastorno de comportamiento.
EL MÓVIL ENTORPECE LAS RUTINAS DIARIAS
Sin embargo, esta dependencia al teléfono puede obstaculizar y entorpecer el desarrollo de las rutinas diarias. Sobre este fenómeno, Adrianus Warmenhoven, asesor de ciberseguridad en NordVPN, afirma que “el fenómeno de la nomofobia demuestra hasta qué punto dependemos de nuestras conexiones digitales, lo que puede provocar graves problemas de salud y seguridad”.
De acuerdo con el especialista, “el concepto de microocio pone de relieve nuestra necesidad constante de tener los celulares al alcance de la mano en todo momento, lo que nos proporciona descansos rápidos y breves momentos de relajación en nuestras apretadas agendas”.
En América Latina, se estima que Brasil, Colombia y México están entre los países en donde los ciudadanos pasan más tiempo en el celular y su productividad se ve afectada, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El mismo estudio revela que el principal uso que se le da a los dispositivos son las redes sociales.
Los datos de NordPVN no distan mucho de estas conclusiones, pues también señalan que 53 por ciento de las personas miran las redes sociales en su teléfono durante sus momentos privados en el baño, mientras que el 60 por ciento lo hace al estar en la cama.
¿QUÉ SE HACE EN EL BAÑO CON EL TELÉFONO?
Otras actividades populares en la recámara son consultar el correo electrónico y los mensajes (58 por ciento) y ver videos de YouTube (47 por ciento), así como películas y series (43 por ciento).
En cuanto a las actividades que suelen realizarse en el cuarto de baño, 38 por ciento suele leer o escuchar las noticias con ayuda del teléfono, mientras que 31 por ciento juega y 29 por ciento envía mensajes o incluso llama a otras personas.
Según los datos del comportamiento digital de DataReportal, se estima que a nivel global las personas pasan un promedio de 6 horas y 37 minutos mirando pantallas cada día y la dependencia al móvil es un problema generalizado. También se estima que las nuevas generaciones son las más propensas a depender de los teléfonos inteligentes.
Entre las principales alarmas en torno a este fenómeno está la vulnerabilidad de los datos personales, la sobreestimulación sensorial y las consecuencias psicológicas como la ansiedad, la depresión y el aislamiento.
Asimismo, se suman problemáticas que ya están presentes en un porcentaje de la población, pero podrían agravarse si no comienza a concienciarse sobre el uso adecuado y responsable de los teléfonos móviles.