Donald Trump achacó este miércoles sus problemas judiciales y todos los males del país, como la “invasión” de migrantes, a su rival Joe Biden en sus primeros mítines desde el comienzo de su juicio en Nueva York.
“Si no ganamos estas elecciones, no creo que nuestro país vaya a sobrevivir”, dijo Trump a sus seguidores en Wisconsin, un estado rural del norte de Estados Unidos.
El expresidente republicano y candidato a las elecciones aprovechó una breve pausa en las audiencias penales para ir a uno de los estados más disputados de su duelo electoral con el demócrata Joe Biden en noviembre.
Trump pintó un panorama muy sombrío de la presidencia de su sucesor demócrata.
“Biden preside el país como un anti-Robin Hood, robando a los pobres para dárselo a los ricos”, dijo a la multitud antes de acusarle de guardar silencio sobre las manifestaciones estudiantiles propalestinas y de dejar que el país sea “invadido” por hordas de migrantes.
“Vamos a sellar la frontera inmediatamente. Vamos a detener la invasión y vamos a enviar a los extranjeros ilegales de Joe Biden de regreso a casa”, dijo.
Lo repitió más tarde en la pista de un aeropuerto de Michigan, donde le esperaba otra muchedumbre.
“Bloqueo” a cárteles
El republicano afirmó que “los delitos han disminuido un 67%” en Venezuela porque “trasladaron” a “sus delincuentes, pandilleros y traficantes de drogas” a Estados Unidos.
El magnate reiteró que “la delincuencia migratoria” está destrozando el país.
Pero las estadísticas sobre criminalidad del FBI demuestran que los delitos violentos a nivel nacional disminuyeron aproximadamente un 1,7% en 2022 y los asesinatos 6,1% en comparación con 2021.
Trump volvió a repetir que si gana en noviembre los cárteles de la droga “se quedarán sin negocio rápidamente”.
“Impondremos un bloqueo naval a los cárteles porque cuando limpiamos por tierra, ellos entran por mar y tienen mucho dinero para hacerlo”, afirmó.
Y “el primer día comenzaremos la operación de deportación nacional más grande en la historia de Estados Unidos”, insistió en su discurso, en la línea de su retórica antimigración basada en que los migrantes salen de cárceles y de manicomios de todo el mundo y están “envenenando la sangre” de Estados Unidos.
Estos mítines son para él como un soplo de aire fresco, lejos del tribunal de Manhattan donde lleva dos semanas siendo juzgado por un caso de pagos secretos a una exactriz porno.
“Don Dormilón”
Las idas y venidas del tempestuoso septuagenario en la corte parecen haberse convertido en una especie de rutina.
El republicano comienza y termina cada día de audiencia con declaraciones en las que aprovecha para hablar un poco de todo, desde sus reveses judiciales, la situación económica de Estados Unidos, el cumpleaños de su esposa o el frío que dice pasar en el tribunal.
En el interior de la sala del tribunal, Trump permanece en silencio e impasible.
Ante la multitud de testigos que participan en el juicio, a veces parece aburrirse e incluso adormilado.
Su clan también muestra grietas. Hasta ahora sólo su hijo Eric ha acudido a apoyarlo personalmente en los tribunales.
“Odia estar en el tribunal, donde es un acusado penal más. No tiene el control y no está al mando”, afirma el politólogo Larry Sabato. Algo que el juez Juan Merchan le recuerda constantemente.
Durante un receso el martes se vio al republicano resoplar.
Los reveses del multimillonario son pan bendito para el equipo de campaña de Joe Biden, que le puso el apodo de “Don Dormilón”.
Una forma de vengarse, después de que Trump llamara a su rival “Joe el Dormilón”.
Este juicio coincide con un avance de Joe Biden en las encuestas sobre la intención de voto, en las que ahora figuran empatados.
Pero Donald Trump y sus seguidores también aprovechan el interés de los medios por el juicio para hacer campaña.
En los mítines es donde Trump, de 77 años, hace ademán de bailar, lanza sus famosas gorras rojas a sus seguidores, critica a diestra y siniestra, se burla de la edad de su rival, aunque sólo le lleva cuatro años, y le imita, como si estuviera aturdido y angustiado.
Es su manera de recordar que Biden también afronta dificultades por su edad.