Los dirigentes de Camboya y Tailandia se reunirán el lunes en Malasia en un encuentro que tiene como objetivo «restablecer la paz», según el gobierno tailandés, tras cuatro días de enfrentamientos que arrecian en la frontera por una disputa territorial.
Al menos 34 personas murieron y más de 200.000 fueron desplazadas en ambos países del sudeste asiático desde que comenzaron los intensos combates por una disputa territorial en sus fronteras, en la zona del Triángulo de Esmeralda.
El primer ministro interino de Tailandia, Phumtham Wechayachai, y el jefe del gobierno de Camboya, Hun Manet, se reunirán el lunes en Malasia para mantener conversaciones de paz, informó el gobierno de Bangkok este domingo.
El diálogo entre estas dos monarquías estará mediado por el primer ministro malasio, Anwar Ibrahim, que ocupa la presidencia temporal de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
Los dos países se declararon dispuestos a entablar conversaciones para terminar con los enfrentamientos, luego de que el presidente estadounidense, Donald Trump, hablara la noche del sábado con cada uno de los jefes de gobierno.
El mandatario estadounidense declaró que ambos países «aceptaron reunirse de inmediato y llegar rápidamente a un acuerdo de alto al fuego», tras hablar con los dirigentes de estos dos reinos.

“Todos mis vecinos ya se fueron”
Pero el domingo estallaron nuevos enfrentamientos con lanzamientos de artillería cerca de dos templos antiguos disputados en una región fronteriza.
La portavoz del Ministerio de Defensa de Camboya, Maly Socheata, indicó que los enfrentamientos comenzaron alrededor de las 04H50 del domingo (21H50 GMT del sábado).
«Esta mañana salimos corriendo de nuestra casa», relató Maefah, una mujer tailandesa de 61 años que vive cerca de la frontera, en la provincia de Sisaket, mientras organizaba las pertenencias que alcanzó a recoger en bolsas de basura.
«Todos mis vecinos ya se fueron. No nos sentíamos seguros si nos quedábamos más tiempo», afirmó la mujer, que por seguridad prefirió no divulgar su apellido.
El portavoz del ejército tailandés, Ritcha Suksuwanon, aseguró que las fuerzas camboyanas comenzaron a lanzar artillería a las 04H00.
Llamados a una tregua
Antes del anuncio de la reunión, el primer ministro camboyano declaró este domingo su disposición a discutir con Tailandia el alto al fuego planteado por Trump.
Hun Manet indicó que encargó a su ministro de Relaciones Exteriores, Prak Sokhonn, hablar con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, para coordinar las conversaciones con los tailandeses.
A su vez, el primer ministro interino tailandés ya había manifestado su deseo de tener un «diálogo bilateral lo antes posible» para abordar un alto el fuego, antes del anuncio del encuentro.
Pero, pese a las declaraciones a favor del diálogo, ninguna de las partes se muestra a dispuesta a dar marcha atrás y se acusan mutuamente de socavar los esfuerzos de paz.
La cancillería tailandesa acusó a las fuerzas camboyanas de disparar proyectiles contra viviendas en la provincia de Surin.
«Un cese de las hostilidades no será posible mientras Camboya no actúe de buena fe y viole reiteradamente los principios básicos de los derechos humanos y el derecho humanitario», reclamó el ministerio.
En Camboya, la portavoz de Defensa Socheata negó que su país hubiera disparado primero, y acusó a Tailandia de «actos deliberados y coordinados de agresión».
El Ministerio de Defensa de Camboya reportó que los enfrentamientos han dejado 13 muertos -ocho civiles y cinco soldados- y 71 heridos.
En Tailandia, el ejército informó de 21 muertos, entre ellos ocho soldados.
Los combates provocaron la evacuación de más de 138.000 personas de regiones fronterizas tailandesas y más de 35.000 del lado camboyano.
En la ONU, el representante de Camboya cuestionó la afirmación de Tailandia de que su país, más pequeño y menos desarrollado militarmente, iniciara los enfrentamientos.
Estos combates representan una dramática escalada en una vieja disputa entre estos dos vecinos que comparten 800 kilómetros de frontera y atraen cada año a millones de turistas extranjeros.
Decenas de kilómetros en esa frontera salpicada de antiguos templos continúan en disputa. Entre 2008 y 2011 se produjeron enfrentamientos que dejaron 28 muertos y decenas de miles de desplazados.
Una decisión en favor de Camboya de la Corte Internacional de Justicia de la ONU en 2013 zanjó esa crisis durante más de una década, pero la tensión emergió de nuevo en mayo con la muerte de un soldado camboyano en un tiroteo en la zona fronteriza en disputa.