Un líder de una secta religiosa que afirmaba ser la reencarnación de Jesucristo ha sido condenado a 12 años en un campo de prisioneros ruso.
Un tribunal de la ciudad siberiana de Novosibirsk condenó a Sergei Torop, exagente de tráfico que se hacía llamar “Vissarion”, por atentar contra la salud mental y física de sus seguidores. Dos de sus cómplices también recibieron largas condenas. Los tres negaron los cargos en su contra.
“Iglesia del Último Testamento”
Torop fundó la Iglesia del Último Testamento en 1991 y su grupo ha sido objeto de escrutinio mediático en Rusia durante años, durante los cuales ha atraído a miles de seguidores. Su arresto y condena a un duro campo de prisioneros probablemente marcarán el fin de una secta que perduró durante más de tres décadas.
Torop, de 64 años, fundó su movimiento después de lo que describió como una revelación divina y creció en popularidad durante el vacío ideológico postsoviético de la década de 1990.
Un personaje habitual de los medios de comunicación rusos, miles de personas lo visitaron en asentamientos remotos de Siberia a lo largo de los años y había un grupo central de unas 300 personas que vivían aisladas en una colina a la que llamaban la Morada del Amanecer.
Impuso reglas estrictas a sus seguidores, prohibiéndoles consumir carne, alcohol o tabaco, y desalentando el uso del dinero. Los seguidores de la comunidad de Torop, incluidos los procedentes de otras regiones, vivían en varias aldeas de los distritos de Kuragan y Karatuz, en la región de Krasnoyarsk.
Torop y otros dos líderes de su secta, Vladimir Vedernikov y Vadim Redkin, fueron arrestados en 2020 en una redada en helicóptero que involucró al principal servicio de inteligencia de Rusia, el FSB.
Acusado de crear una organización religiosa que violaba los derechos civiles de sus miembros y causaba daños corporales, un caso penal estableció cómo entre 1991 y 2020 Torop y sus asociados habían utilizado “violencia psicológica” contra seguidores a quienes explotaban por dinero y trabajo.
El lunes, el Tribunal del Distrito de Zheleznodorozhny en Novosibirsk dictó sentencia contra el trío por causar “daño moral” a 16 personas, dejando a seis con “problemas de salud graves” y uno con daños “moderados”, según un comunicado de la fiscalía regional.
También hubo un robo de fondos por más de 5 millones de rublos (63.000 dólares) del presupuesto de la región de Krasnoyarsk, agregó el comunicado.
Los efectos
La fiscalía rusa afirmó en un comunicado : “Entre 1991 y 2020, Torop trabajó para subordinar a otras personas a su poder, utilizando la violencia psicológica contra ellas y dañando su salud”.
El tribunal otorgó 45 millones de rublos (572.000 dólares) en concepto de daños y perjuicios a las víctimas y a la fiscalía. Los hombres negaron los cargos y Torop y Vedernikov fueron condenados a 12 años de prisión, mientras que Redkin a 11, aunque no está claro si apelarán.