Recicladores inundaron este martes con miles de botellas de plástico la emblemática Plaza de Bolívar en el corazón de Bogotá para exigir al gobierno y la alcaldía de la capital colombiana condiciones de trabajo dignas.
En el punto de la concentración, en medio del Congreso nacional, la alcaldía y cerca al palacio presidencial, los manifestantes vertieron productos reutilizables hasta formar una capa que cubría varios metros y llegaba por encima de los tobillos de quienes caminaban por el lugar.
La protesta busca llamar la atención del gobierno del presidente izquierdista Gustavo Petro y a las autoridades de la ciudad sobre las precarias condiciones de este oficio, dijeron.
«El salario de los recicladores no alcanza un salario mínimo», de alrededor de 350 dólares, dijo a la AFP Nohra Padilla, presidenta de la Asociación Nacional de Recicladores. Exigen que el gobierno cubra sus gastos de salud y pensión.
Bogotá, con 8 millones de habitantes, carece de un servicio público de recogida selectiva de desechos, y son los cerca de 26.000 recicladores los que hacen el trabajo.
«Nos fregamos (trabajamos) mucho en la calle, mojándonos, asoleándonos, cortándonos», se queja Carlos Arturo Quintana, reciclador de 66 años. Aseguran que las jornadas de recolección son de hasta 15 horas.
Colombia tiene una de las tasas más altas de informalidad laboral en América Latina, con un 57% de trabajadores en esa condición.
Bogotá produce 6.300 toneladas de residuos diarios, de los cuales cerca del 15% se reciclan gracias a estos trabajadores, según el Ministerio de Ambiente.