En 1994, el artista cubano José Fuster comenzó a revestir su casa con coloridos mosaicos de palmeras, animales y figuras picassianas. Una rareza se convirtió en tendencia: hoy, todo el pueblo de Jaimanitas es una celebración de su arte cerámico.
Mil turistas por semana, procedentes de lugares tan lejanos como Europa, Rusia y México, visitan el tranquilo lugar de pesca transformado por Fuster en una ciudad con parque temático y aire de castillo de hadas, llamada en broma “Fusterlandia” en honor a su residente más famoso.
Al oeste de la capital, La Habana, los edificios, casas, muros y paradas de autobús de Jaimanitas se han convertido en exhibiciones de la visión artística de este artista de 79 años.
“Los formatos de lienzo y cerámica me parecen demasiado pequeños”, explica a la AFP.
Fuster dijo que paga los materiales del mosaico con las ventas de su arte, parte del cual exhibe en su famosa antigua casa, ahora una galería para sus pinturas, esculturas y cerámicas.
“No tenía ni idea de que podía crear tanto. Se convirtió en una especie de contagio”, se ríe Fuster, que se desplaza en un patinete eléctrico.
Fuster es un creador del llamado arte “naif”, que supone un uso casi infantil de formas básicas y colores brillantes.
A veces llamado el “Picasso del Caribe” o el “Gaudí cubano”, dijo que su principal inspiración fue la gigantesca colección de obras al aire libre creada por el escultor rumano Constantin Brancusi en su ciudad natal, Targu Jiu.
Fuster utiliza palmeras, gallos y gentes del campo como prototipos de sus obras, intercalados con refranes populares y fragmentos de poesía.
Hay muchos corazones rojos grandes, elefantes rosas y repetidas alusiones a la revolución cubana de 1959.
Jaimanitas “era un pueblo pequeño y oscuro, no había ayuda ni nada”, dijo Jorge González, un hombre de 79 años que dijo a la AFP que vive en una “obra de arte”.
Fuster, dijo, “se hizo cargo de esto y todo salió con mucha alegría, mucho amor”.
La propia casa de González, antes sólo una estructura de madera, ahora está cementada y cubierta de mosaicos.
Y hace unos años, durante la breve distensión diplomática entre Estados Unidos y Cuba bajo el mandato del ex presidente Barack Obama, la ciudad fue testigo de cómo estrellas como Madonna y Sean Penn deambulaban por las calles de “Fusterlandia”.
“No gasté dinero en publicidad. Surgió solo”, dijo Fuster sobre la atención que ha atraído la ciudad.
Ahora que su antigua casa está convertida en galería y museo, está construyendo y decorando una nueva casa para él más cerca de la playa.