El interior de la Luna está torcido debido a que el lado cercano a la tierra es unos 306 grados Fahrenheit más caliente en profundidad que su contraparte en la cara que está oculta hacia nuestro planeta.
Ésta es la conclusión de un equipo internacional de investigadores basándose en datos gravitacionales recopilados por un par de naves espaciales de la NASA denominadas “Ebb” y “Flow”.
Los hallazgos podrían ayudar a explicar las diferencias observadas en la geología de la superficie de la luna, donde el lado cercano es más oscuro y está dominado por flujos de lava, mientras que el lado lejano es más accidentado.
Las diferencias térmicas, escribieron los investigadores en su artículo, “formaron regiones de mar superficial hace 3.000 a 4.000 millones de años y podrían influir en la distribución espacial de los terremotos lunares profundos “.
(Mare es el nombre que se da a las grandes y oscuras llanuras de basalto en la luna que se formaron como resultado del vulcanismo y los flujos de lava.)
En su estudio, el ingeniero aeroespacial Ryan Park del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA y sus colegas analizaron datos de la misión GRAIL (Laboratorio de Recuperación de Gravedad e Interior) de la NASA, que se lanzó en 2011.
Volando en tándem alrededor de la Luna, las naves espaciales gemelas de GRAIL no sólo mapearon las variaciones en el campo gravitacional lunar, sino que al hacerlo crearon el mapa de mayor resolución de cualquier cuerpo celeste hecho hasta la fecha.
“A medida que las dos naves espaciales sobrevolaban áreas de creciente gravedad, las sondas se acercaban y se alejaban ligeramente una de la otra, mientras un instrumento medía los cambios en su velocidad relativa, proporcionando información clave sobre el campo gravitacional de la luna”, dijo la NASA.
Los investigadores fueron un paso más allá y utilizaron estos datos para mapear la respuesta gravitacional de la Luna a su órbita alrededor de la Tierra, lo que les permitió aprender más sobre la estructura interna de la Luna.
El análisis reveló que el manto debajo del lado cercano y el lado oculto de la Luna tiene una diferencia en su capacidad de deformación de alrededor del 2-3 por ciento.
Al modelar la estructura interna de la luna, los investigadores determinaron que esta diferencia podría explicarse si el manto en el lado cercano de la luna fuera entre 180 y 360 grados Fahrenheit más cálido que en el lado lejano.
Park y sus colegas creen que esta diferencia de temperatura podría ser sostenida por la desintegración radiactiva de elementos como el torio y el titanio en el lado de la luna que mira hacia la Tierra, un remanente de la actividad volcánica que formó la superficie del lado cercano hace 3 a 4 mil millones de años.
El éxito del método utilizado en el estudio, conocido propiamente como “tomografía de mareas”, podría abrir el camino a análisis similares de otros cuerpos cósmicos, señala el equipo.
“En el futuro, estas técnicas se podrán aplicar a otros objetos planetarios que muestren variaciones superficiales pronunciadas de orden bajo, como Marte, Encélado y Ganímedes”, escribieron.
Concluyeron: “Dado que la tomografía de mareas no requiere una nave espacial aterrizada, a diferencia de la sismología, debería ser un componente importante de futuras misiones que incluyan un orbitador alrededor del cuerpo objetivo”.