Decir “por favor” y “gracias” a ChatGPT puede brindar mejores respuestas a las consultas, pero procesar esas tres pequeñas palabras requiere millones de dólares y diez veces la cantidad de energía (y emisiones) para responder correctamente.
ChatGPT se ha consolidado como la IA generativa de referencia y, a partir de 2025, sigue siendo el chatbot de IA más utilizado en el mercado, superando a otras marcas importantes de Silicon Valley como Google y Microsoft.
Ser educado tiene sus recompensas
Hay evidencia que sugiere que decir “por favor” y “gracias” a ChatGPT puede proporcionar mejores respuestas a las consultas.
En un memorando sobre la creación de Copilot AI de Microsoft , el director del equipo de diseño, Kurtis Beavers, dijo que ser educado establece una agenda que las IA generativas imitan, lo que significa que si eres educado y servicial, la respuesta también será útil.
“Usar un lenguaje cortés define el tono de la respuesta”, declaró Beavers a WorkLab. El sitio web de Microsoft también informó: “Usar una etiqueta básica al interactuar con la IA, según Beavers a WorkLab , ayuda a generar resultados respetuosos y colaborativos”.
Agregó que la cortesía “no solo garantiza que obtengas la misma gentileza a cambio, sino que también mejora la capacidad de respuesta y el rendimiento de la IA”.
Las cifras respaldan esta filosofía. En 2024, una investigación de la Universidad de Waseda (Japón) con tres idiomas diferentes y varias IA generativas reveló que ser grosero con las IA reducía su rendimiento en un 30 %, mientras que ser cortés reducía los errores y ofrecía respuestas que proporcionaban más información de diferentes fuentes.
“Este fenómeno sugiere que los grandes modelos lingüísticos no solo reflejan el comportamiento humano sino que también están influenciados por el lenguaje, particularmente en diferentes contextos culturales”, concluyó el informe.
“Nuestros hallazgos resaltan la necesidad de tener en cuenta la cortesía en el procesamiento del lenguaje natural intercultural y el uso del LLM”, continuó.
El costo de la cortesía
Los usuarios podrían no pensar que “por favor” y “gracias” podrían aumentar significativamente los costos de procesamiento de ChatGPT. Al fin y al cabo, son solo tres palabras.
Pero Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, opina lo contrario. En respuesta a la pregunta de un usuario de redes sociales sobre cuánto se había gastado en electricidad para procesar “por favor” y “gracias”, Altman estimó que fueron “decenas de millones de dólares bien gastados; nunca se sabe”.
Si bien el comentario se hizo en broma, la figura muestra cuán intensivo en recursos puede ser incluso el factor adicional más pequeño cuando se trata de LLM.
En marzo, un informe del Instituto de Investigación de Energía Eléctrica estimó que hacer una pregunta a ChatGPT cuesta aproximadamente 10 veces más electricidad que preguntarle a Google la misma pregunta.
Los avances en el desarrollo de centros de datos que comenzaron en la década de 2020 han provocado un aumento drástico de las emisiones de CO2 de las grandes tecnológicas; solo Google informa que sus emisiones habían aumentado un 30 por ciento en los últimos cinco años.
Las cifras de ChatGPT no son mejores: OpenAI produce 8,4 toneladas de CO2 al año y requiere 700.000 litros de agua dulce para entrenar su modelo GPT-3.
Estas exigencias medioambientales y las crecientes complicaciones implican que los organismos de control ya están haciendo sonar la alarma sobre el futuro desarrollo y adopción de ChatGPT y otras IA similares.
Andrea Miotti, fundador y director ejecutivo de ControlAI, una organización sin fines de lucro formada por expertos en seguridad de IA, declaró a Newsweek : «Ganadores del Premio Nobel, cientos de destacados científicos de IA e incluso los directores ejecutivos de las principales empresas de IA han advertido que la IA representa una amenaza de extinción para la humanidad. Las empresas de IA siguen adelante a pesar de este peligro y ponen a todos en riesgo».
La interfaz de la IA
Decir “por favor” y “gracias” a ChatGPT surgió principalmente como una forma de etiqueta social, combinada con una superstición de que un día, un señor de la IA podría saber si eras amable con él o no.
En una encuesta de 2024 en el subreddit oficial ChatGPT, muchos usuarios dijeron que simplemente querían ser amables con el bot, y un usuario escribió: “Es básicamente un desperdicio, pero bueno, es bueno ser amable”.
“Siempre soy amable en caso de que las IA se apoderen del mundo, y espero que recuerden que siempre fui amable con las IA”, escribió otra persona.
“Claro que soy educado”, añadió un comentarista. “No tiene nada que ver con mi miedo irracional a que la IA tome el control. No pretendo en absoluto congraciarme con ella. Sería una tontería… ¿verdad?”
¿Quién se beneficia?
Si bien la IA está afectando a algunas industrias más rápidamente que a otras , casi todos los sectores del sector privado interactuarán con ella de una forma u otra.
A principios de 2025, un estudio de McKinsey descubrió que el 92 por ciento de las empresas planeaban aumentar sus inversiones en IA, y los LLM eran el mayor foco de estas expansiones.
Como resultado, muchas empresas están buscando grupos de personas con más probabilidades de aprender cómo aprovechar al máximo la IA.
Mantas Lukauskas, responsable de tecnología de inteligencia artificial en Hostinger Global, dijo a Newsweek que las generaciones más recientes que ingresaron al mercado laboral estarían en la mejor posición para aprender nuevos trucos con inteligencia artificial.
“Las generaciones más jóvenes, en particular la Generación Z y los millennials, son las más dispuestas a adoptar la IA en el lugar de trabajo”, afirmó Lukauskas.
Continuó: «En entornos dinámicos y tecnológicamente avanzados, como las startups o las agencias creativas, la IA se considera un impulsor de la productividad y un generador de ideas. En cambio, las generaciones anteriores y los entornos laborales más tradicionales, como el gobierno , la educación o las industrias tradicionales, tienden a ser más escépticos.
Las preocupaciones van desde la sustitución de empleos por parte de la IA hasta la desconfianza en la toma de decisiones automatizada. La oportunidad reside en plantear la IA como una herramienta colaborativa que potencia, en lugar de sustituir, la experiencia humana.
