El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que cualquier país que adquiera petróleo o gas de Venezuela enfrentará un arancel del 25% en sus intercambios comerciales con Estados Unidos.
El mandatario indicó que el 2 de abril entrará en vigor un «arancel secundario» sobre Venezuela y justificó la decisión responde a numerosas razones, entre ellas, la acusación de que el régimen venezolano ha enviado “de forma intencional y engañosa” a decenas de miles de criminales a territorio estadounidense.
Esta medida forma parte de una política comercial más amplia que está redefiniendo la estrategia de comercio exterior del país. Las tarifas impuestas por Trump están modificando acuerdos de libre comercio vigentes por décadas y afectando tanto a aliados como a adversarios.
Además, en poco más de una semana, Trump podría imponer aranceles de represalia a todos los socios comerciales de EE.UU., lo que podría suceder a partir del 2 de abril, fecha que ha denominado «Día de la Liberación».
Estos aranceles buscan cumplir una de sus promesas de campaña y generar ingresos en momentos en que los republicanos preparan un nuevo proyecto de ley sobre impuestos y gasto público.
La guerra de aranceles de Trump
El lunes, informes indicaron que la Casa Blanca podría optar por un enfoque más selectivo en la aplicación de aranceles recíprocos, enfocándose en los llamados «15 sucios», el 15% de los países con una balanza comercial desfavorable para EE.UU. Esta señal llegó luego de que el presidente sugiriera el viernes pasado que podría haber cierta «flexibilidad» en la imposición de estos impuestos.