El vicepresidente estadounidense J.D. Vance afirmó este viernes que Washington está listo para presionar a Rusia en futuras conversaciones sobre el fin de la guerra en Ucrania, poco antes de reunirse en Múnich con el presidente Volodimir Zelenski.
Vance trató de calmar a los europeos, asegurándoles que “por supuesto” tendrán su parte en unas negociaciones sobre el fin de las hostilidades, no sin recordarles que tendrán que asumir mayores responsabilidades en la OTAN para “compartir el peso” de la Defensa del continente.
El fracaso de Ucrania “debilitaría” a Europa pero también a Estados Unidos, incidió la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
“Una paz que sea una capitulación” sería “una mala noticia para todo el mundo”, incidió también el presidente francés, Emmanuel Macron, en declaraciones al Financial Times.
La entrevista telefónica del miércoles entre el mandatario estadounidense Donald Trump y su homólogo ruso Vladimir Putin hace temer a Kiev y a los europeos una salida del conflicto que perjudique sus intereses.
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Zelenski apuntó que Kiev hablará con Moscú una vez que haya acordado posiciones comunes con Estados Unidos y sus demás aliados. “Entonces, con esta posición unificada, estaremos dispuestos a hablar con los rusos”, dijo.
En este contexto, la intervención de Vance en la Conferencia de Seguridad de Múnich, que se abrió este viernes, será muy seguida.
Vance podría anunciar la retirada de Europa de una gran parte de las tropas estadounidense actualmente desplegadas, dijo este viernes el diplomático alemán Christoph Heusgen, que preside la Conferencia.
Actualmente hay más de 65.000 soldados estadounidenses estacionados de forma permanente en Europa, a los que suma personal en rotación y refuerzos, que hacen subir este guarismo hasta los 100.000.
“Ahora es el momento de invertir [en Defensa] porque no se puede dar por sentado que la presencia de Estados Unidos durará para siempre”, advirtió desde Varsovia el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth.
El problema es que los europeos no pueden reemplazar militarmente el despliegue estadounidense de la noche a la mañana, avisó el ministro de Defensa alemán Boris Pistorius, quien afirmó haber “propuesto una hoja de ruta” en ese sentido.
Para pesar al máximo en las conversaciones, y con una situación militar en el terreno que no deja de degradarse en beneficio de las tropas invasoras rusas, Zelenski se reunirá este viernes de tarde con Vance en Múnich.
En la capital bávara se espera también la presencia del secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, que partió en la noche del jueves tras un incidente con el avión que lo trasladaba, y que retrasará su llegada a Alemania.
A la espera de ello, el vals diplomático se acelera.
En la ciudad alemana, el jefe de la administración presidencial ucraniana, Andrii Yermak, dijo haberse reunido ya con el emisario especial de Trump para Ucrania, Keith Kellogg.
“El tema principal de la conversación fue la coordinación de los esfuerzos comunes para alcanzar una paz justa y duradera” en Ucrania, explicó Yermak en Telegram.
“Presión militar”
El vicepresidente norteamericano trató de tranquilizar igualmente a Kiev, diciendo que Estados Unidos se tomará muy en serio su soberanía a la hora de hablar con Rusia, después de que otros altos funcionarios dijeran abiertamente que Ucrania podría tener que renunciar a territorios ocupados por Rusia, empezando por Crimea, anexionada en 2014.
“Hay herramientas económicas de presión, y por supuesto hay herramientas de presión militar”, dijo Vance al diario Wall Street Journal.
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Unas declaraciones aplaudidas por Zelenski, quien las calificó de “señal fuerte”.
Ucrania no deja de reclamar una “paz justa” cuando están a punto de cumplirse tres años de la invasión rusa, así como garantías de seguridad por parte de Europa y Estados Unidos en forma de envío de tropas que garanticen el mantenimiento de la paz.
Washington ya dejó claro que no enviará soldados a Ucrania, e hizo saber que no le parece realista que este país se una a la OTAN.
Rusia, que no estará representada en la Conferencia de Múnich, quiere quedarse con los territorios ocupados y afrontar las “raíces del conflicto”, empezando por la presencia de la OTAN junto a sus fronteras.
Según Timothy Ash, profesor de estudios europeos en Oxford, el mensaje de la Casa Blanca a Europa “es muy claro sobre Ucrania: es su problema. Nosotros los ayudaremos a cerrar un acuerdo con Rusia, pero recae en ustedes asegurar su cumplimiento”.
El terremoto que Trump ha provocado en el multilateralismo y el orden internacional hace prever intensos debates entre las decenas de jefes de gobierno, diplomáticos y altos cargos reunidos en Múnich.
La administración norteamericana “no tiene en cuenta las normas establecidas”, y Europa va a tener que “hacer frente” a esa nueva realidad, reflexionó el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier al abrir la Conferencia de Múnich.