La Casa Blanca acusó este miércoles a los jueces estadounidenses de abusar de su poder bloqueando algunas de las decisiones del presidente Donald Trump, al tiempo que reprendió al papa Francisco por criticar las políticas migratorias.
Sobre el tema de los jueces, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que “la verdadera crisis constitucional está teniendo lugar dentro de nuestro poder judicial, donde los jueces de los tribunales de distrito en distritos liberales de todo el país abusan de su poder para bloquear unilateralmente la autoridad ejecutiva básica del presidente Trump”.
Entre los jueces que llevan la contraria a Trump figuran algunos nombrados por los republicanos e incluso por él durante su primer mandato de 2017 a 2021.
Pero Leavitt acusó a los jueces de “actuar como activistas judiciales en lugar de árbitros honestos de la ley”.
Afirmó que “77 millones de estadounidenses votan para elegir a este presidente, y cada medida cautelar es un abuso del Estado de derecho y un intento de frustrar la voluntad del pueblo”.
En sus tres primeras semanas en el cargo, Trump ha emitido una ráfaga de decretos destinados a reducir el gasto federal y nombró a Elon Musk, el hombre más rico del mundo, al frente de una comisión de recortes.
Ya han cerrado varias agencias federales, desatando así batallas legales en todo el país para parar lo que sus adversarios califican de abuso de poder ilegal.
La Casa Blanca reprende al papa
Un consejero de Donald Trump reprendió este martes al papa Francisco por haber criticado la política migratoria del presidente de Estados Unidos, amigo de encomendarse a Dios y a la religión siempre que no le lleven la contraria.
En una carta a los arzobispos estadounidenses, el jesuita argentino, de 88 años, pidió “no ceder ante las narrativas que discriminan y hacen sufrir innecesariamente a nuestros hermanos migrantes y refugiados“.
Porque, según él, las expulsiones de migrantes en situación irregular constituyen una “importante crisis” que “lastima la dignidad” de las personas.
Unas declaraciones que escuecen en Estados Unidos, un país donde la política y la religión van de la mano.
Tom Homan, nombrado zar fronterizo por el propio Trump, reaccionó rápidamente. “Quiero que se centre en la iglesia católica y arregle eso y nos deje a nosotros la vigilancia fronteriza”, dijo a periodistas en la Casa Blanca.
“¿Quiere atacarnos porque garantizamos la seguridad de nuestras fronteras? Hay un muro alrededor del Vaticano ¿verdad? No podemos tener un muro alrededor de Estados Unidos”, soltó, molesto.
En realidad el sumo pontífice reconoce “el derecho de una nación a defenderse y mantener a sus comunidades a salvo de aquellos que han cometido crímenes violentos o graves mientras están en el país o antes de llegar”.
Trump ha impulsado un enfoque conservador y religioso en su segundo mandato pero las críticas le sientan mal.