Centenares de universitarios protestaron este miércoles contra la impunidad en que persiste una masacre de estudiantes cometida hace 50 años por el ejército y la policía, durante un gobierno militar.
El 30 de julio de 1975, las fuerzas de seguridad, enviadas por el gobierno del ya fallecido coronel Arturo Armando Molina, disolvieron con tanquetas y disparos una marcha contra la ocupación militar de una sede de la estatal Universidad de El Salvador (UES), lo que dejó unos 50 muertos y decenas de desaparecidos.
El rector de la UES, Juan Rosa Quintanilla, aseguró a la AFP que es necesario que se haga «justicia» y «se encuentren a los culpables materiales e intelectuales de este hecho fatídico».
Un gorila hecho de papel, en uniforme verde militar con la inscripción en el pecho «50 años de impunidad», encabezó la marcha que salió del campus de la UES y recorrió una avenida hasta llegar al sitio donde ocurrió la matanza.
Luego fue quemado en la vía pública,

«¡La memoria nos une, la justicia nos compromete!» y «La sangre de estudiantes no se lava con agua y con jabón», se leía en algunas pancartas.
La UES ha buscado en diferentes instancias conocer detalles de lo sucedido, pero «después de 50 años no hemos tenido respuesta (…) esa es la deuda histórica del Estado salvadoreño», resumió Carlos Villalta, de 59 años, presidente de una asamblea de maestros.
Hay que «reivindicarlos y a la vez recordarle a la población que no se debe tolerar este tipo de actos», dijo Andrés Reina, estudiante de filosofía de 28 años.
Tras hechos de represión y el cierre de espacios de participación política en El Salvador estalló en 1980 una guerra civil, que en 12 años dejó 75.000 muertos y más de 7.000 desaparecidos.